Eran las 3:00 pm del miércoles 20 de noviembre de 2024 y no sabía qué rumbo tomar. La ciudad de las golondrinas, el mejor vividero del mundo, tenía una aureola en su cielo de colores vivos, tonalidades afros que la brisa dispersaba sin tanta prisa y paulatinamente se escuchaban el rose entre páginas de libros. Estas alucinantes sensaciones les embargan a los ebrios y sensibles al arte y la cultura.
Había adelantado algunos asuntos laborales y personales de mi agenda para asistir a un evento cultural. Miré los eventos del día y se cruzaban 3 al mismo tiempo, todos de mi gusto y pasiones. ¡Caramba! Pensé, a donde asistiría, pues el don de la ubicuidad no me ha sido asignado aún para estar en distintos lugares al mismo tiempo.
Anteriormente y difícilmente se presentaban situaciones similares a esta en una ciudad donde carecían actos culturales distintos a casetas, bingos, billares, bailes de pickup, entre otros. La dinámica de hoy es muy distinta y hay espacios para todo tipo de público.
Y no es precisamente ese día, ha sido casi todo el mes de noviembre con diferentes eventos culturales de toda índole. Ese miércoles 20 tenía cruzado el inicio de la Feria de la Lectura “Un Río de Libros” que llega a su novena edición, contra viento y marea, dejando su cauce literario entre conversatorios y musicales que adentran a la ciudad a navegar en corrientes desbordantes de lecturas y universos de letras. Un Río de Libros, aparte de transferir experiencias, formar públicos, ha incrementado la movilidad de los municipios del departamento de Córdoba a su capital, lo que se conoce como turismo cultural.
Un Río de Libros, a pesar de ser una feria nueva en comparación a otras del país, es considerada la mejor del caribe colombiano. No la podemos dejar bajar de ese pedestal. ¡Es una joya para la ciudad! Construir sobre lo construido. Carlos Marín, su creador, es un auténtico capitán de barco, sabiendo maniobrar el timón en todas las mareas.
Al mismo tiempo se conmemoraban los 20 años de la muerte del cordobés más universal de todos los tiempos, el maestro Manuel Zapata Olivella. Un conversatorio de lujo, liderado por el grupo de Arte y Literatura “El Túnel” en cabeza del connotado escritor José Luis Garcés. La conmemoración de Zapata Olivella se llevaba a cabo en la Biblioteca Departamental David Martínez. Una labor quijotesca del grupo El Túnel, de cabalgar con o sin ayudas, pero su emancipación cultural sigue tercamente implacable.
Por otro lado, en el auditorio de la Ronda del Sinú, un arco iris incesante se impregnaba a pincelazos y manoseos entre cuadros y esculturas de los artistas consolidados Uberto Gómez, Alfredo Torres, Adriano Ríos, Gabriel Atencio y Esteban de Levi. Una exposición de pinturas y esculturas que organiza Pintando 4 Historias, galería itinerante que viene ejerciendo una valiosa proyección, creando espacios culturales donde artistas consolidados y emergentes exponen su talento a través de sus obras de arte. Hay que resaltar que este liderazgo lo direcciona Evelyn Ramírez, una diseñadora gráfica y apasionada del arte que arma galerías en centros comerciales, instituciones, bibliotecas, recintos cerrados y donde se lo permitan o inviten.
Mahatma Gandhi decía “La cultura de una nación reside en el corazón y en el alma de su gente” y esa sensibilidad al arte de la gente de Montería ha ido creciendo, no solo en gustos locales y vernáculos, también conociendo aspectos de otras culturas, enriqueciendo y culturizando la sociedad. Aplaudo todas estas iniciativas que nacen en bien común sin interés alguno.
Y por supuesto, no podría quedar detrás el Centro Cultural del Banco de la República, que, en su agitada agenda de derroche artístico semanal, ha creado dos importantes eventos, ambientando desde ya el cumpleaños número 80 del distinguido escritor loriquero David Sánchez Juliao. Los dos acontecimientos de suma relevancia que se realizan en este noviembre, cuando se cumplen 79 años del natalicio del afamado contador de historias, uno se efectuó el 21 de noviembre y el otro se llevará a cabalidad el 29 del mismo mes, titulados “Conversaciones en torno a un hombre bacano”.
La memoria histórica suele estar marcada por narrativas, recuerdos y elementos tangibles e intangibles que muchas veces se construyen de forma colectiva o individual. Sánchez Juliao dejó un archivo personal, privado, que contiene esos elementos valiosos para conocer más a fondo su eminente obra, que se origina de la más pura y auténtica caribidad… Como dijo alguien “La originalidad consiste en volver al origen”.
Ese archivo personal ha sido adquirido por el Centro Cultural del Banco de la República de Montería, donde ya existen archivos de Orlando Fals Borda, de Justo Manuel Triviño y Jorge García Usta en su centro de documentación regional. Ahora obtienen el archivo privado del escritor David Sánchez Juliao, enriqueciendo esa colección de archivos que han generado un impacto nacional e internacional.
La documentación se encuentra en proceso de organización y adecuación pertinente en la ciudad de Bogotá para ser puesto ante los usuarios y público en general. Ponerlo al servicio de la sociedad requiere de una revisión rigurosa y ardua labor de expertos para lograr su conservación y adaptabilidad a los formatos actuales de consumo, como el paso de cientos de casetes y videocasetes a formatos digitales. Esperamos con anhelo ese archivo, y como lo dijo David en el Flecha “Quítate de la vía perico, que ahí viene el tren”.
Este boomerang cultural que emerge en la ciudad, con iniciativas propias y corajudas de humildes mortales sin poder y abolengo, deberían ser apoyadas con mayor relevancia por los gobiernos locales y regionales. Esas semillas necesitan del abono del estado, después, cuando crezcan y sean un frondoso árbol, todos querrán ampararse en su sombra sin mérito alguno.
Cuando ya se acercaban las 3:30 pm pasó una corriente de hojas que presagiaba la inundación que tendría la ciudad con Un Río de Libros. En esta ocasión me dejé arrastrar por la corriente literaria. Ya venía contagiado de esa virosis incurable que Lena Reza infecta con sus Ángeles Clandestinos en Cereté a comienzos de noviembre con sus mujeres poetas. Los que hallaron tierra firme y se fueron para el evento del Túnel con Zapata o se dejaron tentar por el colorido de Uberto, Adriano, y Torres en la Ronda del Sinú, bien por ellos, bien por todos. Que nos consuma el arte que da vida.
Buen viento, buena mar