

Propuso la Creación de la Emisora Unisucre FM Estéreo a la Universidad de Sucre de la cual fue director durante 10 años.
Opinión / Por Manuel Medrano.
Quiero cantar a tus ojos porque son negros como mi piel. Quiero acariciar tus cabellos porque son negros como yo.
Ser negro para mí es un privilegio que el Divino Creador me concedió, y en el discurrir de mi vida he venido contemplando el potencial de una etnia que no suele pasar inadvertida en ningún lugar del universo, y con éxtasis recuerdo la humillación que le propinó el gran Jesse Owen al temible dictador Adolfo Hitler en el Estadio Olímpico de Berlín en 1936, cuando se realizó la prueba de los 100 metros planos y venció a todos los blancos. El dictador se fue del estadio sin saludar al campeón porque allí se derrumbó su proyecto de búsqueda de una raza superior que para él eran los Germanos.
Los negros somos el 30% de la población en América Latina y hemos logrado sobreponernos a todas las dificultades, como la esclavitud, la pobreza absoluta, el analfabetismo o el poder político de la exclusión, el racismo y la discriminación.
Las negritudes hemos encontrado en los deportes y las artes las herramientas que nos han posibilitado el aseguramiento de de un sitial en una sociedad racista y despiadada. Y han nacido hombres como el doctor Martin Luther King, el cual se convirtió en un eterno motivador cuando un 28 de agosto de 1936 en los Estados Unidos de Norte América pronunció el histórico discurso titulado “I Have a Dream, Yo Tengo un Sueño; “Sueño que un día los hombres se levantaran y percibirán que están hechos para vivir unos con otros como hermanos, es decir seremos juzgados por lo que somos y no por el color de la piel.”
En Colombia es necesario recordar al gran escritor, nacido en Lorica departamento de Córdoba, Manuel Zapata Olivella, quien exaltó en sus obras la identidad de una Colombia Negra y fue Cónsul en Trinidad Tobago, escribió obras literarias como “En Chimá Nace un Santo”, “Chambacù”, “Corral de Negros” y “Tierra Mojada” y otras de gran reconocimiento Nacional e Internacional. Murió convencido de ser negro, no afrodescendiente, sobre todo porque hace 50 años no se conocía este término.
Yo viví en Berrugas, corregimiento de San Onofre departamento de Sucre, allí se le decía al negro adinerado “blanco” y las abuelas solían enfáticamente recomendar a sus descendientes mejorar la raza casándose con blancos.
El tiempo ha dejado en evidencia la grandeza de los negros, prueba de ello es que en Colombia los campeones mundiales que pusieron el nombre del país en la órbita geoestacionaria del deporte fueron de la raza negra; Kid Pambelè primer campeón mundial de boxeo que tuvo el país, Rodrigo Valdéz, Miguel Bassa, Jorge Eliecer Julio y el gran estilista Bernardo Caraballo. En otros deportes como el béisbol de grandes ligas Edgar Rentaría fue el primero en ganar una serie mundial y muchos de su etnia han seguido su huella, y en el deporte Olímpico María Isabel Urrutia gran campeona en el levantamiento de pesa y la campeona del salto triple Katerine Ibarguen.
Hoy en día la educación ha sido el camino que los negros han venido recorriendo para conquistar otros escenarios en el mundo político e intelectual, y entre este grupo selecto de las negritudes, una gran pléyade de sus miembros se han percatado de que los africanos no reconocen a los negros latinoamericanos como negros y ni siquiera como descendientes de su etnia, por ende rechazan el término Afrodescendiente el cual es una burda imitación del término utilizado por un pueblo que dio origen al kukluxklan como los estados Unidos de América.
Es bueno recordar que Colombia es considerada la tercera potencia deportiva en Latinoamérica, después de Cuba y Brasil y la quinta a nivel panamericano, detrás de Estados Unidos, Canadá, Cuba y Brasil gracias al fuerte componente del poder fisicoatlético de los negros.
El boxeo, el béisbol, el fútbol y el atletismo son los deportes en que los negros colombianos son grandes protagonistas.
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