El pasado 1° de diciembre se conmemoró el día mundial de respuesta al VIH/SIDA. En las últimas décadas, el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) ha representado uno de los mayores retos de salud pública a nivel global. A pesar de los avances significativos en el diagnóstico y tratamiento, aún existen barreras para la prevención y la detección temprana de esta infección, sobre todo en los países en vías de desarrollo. Dos pilares fundamentales en esta lucha son el acceso a la profilaxis pre-exposición (PrEP) y a las pruebas rápidas de detección del VIH.
La prevención sigue siendo la herramienta más poderosa contra el VIH. Según ONUSIDA, en 2022 se registraron más de 1.3 millones de nuevas infecciones a nivel mundial. Según el informe de la Cuenta de Alto Costo, entre el 1 de febrero de 2022 y el 31 de enero de 2023, se han identificado 166.496 personas viviendo con el VIH en Colombia, un aumento en la prevalencia de la enfermedad.
El 82,68% de estas personas están recibiendo Terapia Anti-Retroviral (TAR) y debería ser el 95%. Solo el 68,35% de esos pacientes tiene carga viral indetectable (menos de 50 copias del virus en cada mililitro de sangre), esto significa que hay que mejorar la adherencia y eficacia de los tratamientos.
En Montería, según la información proporcionada por la enfermera referente en Infecciones de transmisión sexual del municipio, Maidy Pastrana, especialista en Gerencia de la calidad y Auditoría en Salud, entre 2023 y 2024 hay un incremento del 6.23% en la notificación de casos hasta la semana epidemiológica 47 de ambas anualidades, reportando para la del presente año 289 casos, 78.9% en hombres, 21.1% en mujeres y 2.8% de éstas en gestación, datos preliminares y que enfrentan múltiples procesos de verificación, toda vez que el país no cuenta con un sistema de información único para este evento, lo que se convierte en una debilidad estatal al no tener la data confirmada en tiempo real.
Las cifras evidencian la necesidad de incrementar los esfuerzos en las estrategias preventivas, como la educación sexual integral, el uso consistente de preservativos y la introducción de intervenciones innovadoras como la PrEP. La PrEP no es más que un régimen diario de medicamentos antirretrovirales que reduce en más del 99% el riesgo de adquirir el VIH a través de relaciones sexuales.
Sin embargo, su acceso aún es limitado debido a costos elevados, poca información y estigmatización, especialmente en las comunidades vulnerables. Es imprescindible que el Estado garantice políticas públicas que fomenten su distribución gratuita o de bajo costo, acompañadas de estrategias educativas que desmitifiquen su uso.
La importancia de la detección temprana
Detectar el VIH en sus etapas iniciales no solo mejora el pronóstico de las personas que viven con el virus, sino que también contribuye a cortar la cadena de transmisión. Las pruebas rápidas de VIH han revolucionado el diagnóstico, permitiendo resultados confiables en tan solo 20 minutos o menos. Su implementación en campañas o jornadas comunitarias, en instituciones educativas o instituciones de salud ha demostrado ser una intervención efectiva para llegar a poblaciones de difícil acceso. Sin embargo, persisten barreras sociales, como el miedo a la discriminación, que impide que muchas personas se sometan a estas pruebas. Es crucial promover entornos seguros y confidenciales donde las personas puedan recibir orientación y realizarse las pruebas sin temor.
Educación y sensibilización: ejes centrales
Un aspecto fundamental para garantizar la efectividad de estas herramientas es la educación. Muchas personas desconocen que la PrEP está disponible o que las pruebas rápidas son accesibles. La falta de conocimiento perpetúa mitos que alimentan el miedo y rechazo hacia las personas con VIH.
La sensibilización debe comenzar en las instituciones educativas públicas y privadas, integrando programas de educación sexual que incluyan información actualizada sobre VIH, sus formas de transmisión y métodos de prevención. Asimismo, los profesionales de la salud deben ser capacitados constantemente para que ofrezcan un enfoque empático y sin prejuicios en el cuidado de sus pacientes.
La respuesta a la incidencia del VIH requiere un manejo integral que combine prevención, diagnóstico temprano y educación. Ampliar el acceso a la PrEP y a las pruebas rápidas es una inversión que salva vidas y reduce los costos asociados al tratamiento de la enfermedad en las fases avanzadas. Pero para que estas herramientas sean verdaderamente efectivas, deben ir de la mano con esfuerzos permanentes para eliminar el estigma y garantizar que las personas obtengan lo necesario para proteger su salud.
Es hora de que como sociedad demos un paso adelante, priorizando la educación y el acceso sin barreras a diagnóstico y tratamiento, para erradicar el VIH como una amenaza global. La ciencia ya nos ha dado las herramientas, ahora el reto es ponerlas al alcance de todos.
Aparte: Este fin de semana de “velitas” es crítico para la presentación de lesiones por pólvora, espero de todo corazón que nadie resulte afectado por manipulación o accidente con estos artefactos en estas navidades y fin de año, el autocuidado y la responsabilidad son la clave.