Ningún proceso de paz de los registrados en el mundo ha sido fácil, siempre han tenido avances, retrocesos, estancamientos, momentos críticos, pero casi siempre han llegado a su destino final. Lo sucedido en la pasada crisis de los diálogos de La Habana así lo demuestra y debo decir además, que el Gobierno hizo un excelente manejo de la coyuntura.
Considero que el Gobierno logró obligar a las FARC a devolver en días al secuestrado más valioso que este grupo violento ha tenido en su historia. Esto refleja que este grupo armado sí quiere continuar con el proceso pero sobre todo, que el Gobierno tiene posición dominante en la mesa.
Hoy las conversaciones de paz se han reanudado en La Habana y comenzaron a evaluar el desescalamiento del conflicto, el cual en mi opinión debe ser el desescalamiento del accionar de las FARC, ya que el Ejercito tiene el deber de defender el país.
Son las FARC quienes atentan contra población civil, contra la infraestructura petrolera, vías y escuelas. Son ellos quienes deben desescalar la violencia.
Me parece que la pasada crisis de los diálogos de La Habana tuvo consecuencias positivas: el Gobierno impuso condiciones, las FARC cedieron, el proceso refleja madurez, el país en general pidió que se reanudaran las conversaciones y el general Alzate y los demás secuestrados volvieron a sus hogares.
No creo que esta sea la última crisis de los diálogos de La Habana, pienso que ahora que el proceso se adentrará en los temas más gruesos, vendrán momentos aún más difíciles, pero tengo fe en que este país por fin se encamina hacia el fin esta violencia que tanto ha afectado a la gente sobre todo en las regiones campesinas.
Comprendo que en mucha gente los diálogos de La Habana generen inquietud, escepticismo y hasta rechazo, pero invito a todo el país a rodear al Gobierno en este intento por pacificar este país.
A veces pienso como sería este país sin guerrillas, ni bacrim, ni narcotráfico y con un campo desarrollado y próspero, y cuando me lo imagino siento que esa es la mejor herencia posible que le podemos dejar a nuestros hijos y nietos.