La energía primordial: punto de partida de la marca personal

       Por: Marcos Velásquez. FOCUS La libido es la exteriorización de la fuerza del amor.  Esta es una de las definiciones que Freud acota cuando hace referencia a la energía libidinal, la energía primordial, el empuje hacia la vida. Sin libido no hay vida.  Así como sin mercados no hay consumidores y sin otro no hay amor. Los efectos de la significación nos empujan a encontrar un sentido en el otro.  Un sentido que, más que acercarnos a él, nos ubica...


Marcos Velázquez
Por: Marcos Velásquez.

FOCUS

La libido es la exteriorización de la fuerza del amor.  Esta es una de las definiciones que Freud acota cuando hace referencia a la energía libidinal, la energía primordial, el empuje hacia la vida.

Sin libido no hay vida.  Así como sin mercados no hay consumidores y sin otro no hay amor.

Los efectos de la significación nos empujan a encontrar un sentido en el otro.  Un sentido que, más que acercarnos a él, nos ubica en el lugar donde cada quien ha de responder por lo que le atribuye a éste.

Por ello, en cuestiones de marca personal, se ha de tener claro qué es lo que la marca le va a entregar al mercado, dado que si no hay una coherencia entre lo que la marca representa, lo que ella es y lo que ella transmite, el mercado –inundado de marcas- simplemente se dispersará y tomará la que primero le brinde algo parecido a lo que él demanda.

Para comprender esto es oportuno resaltar que la consistencia de la marca parte de su energía: del intangible que “sin verse, se siente”.

Le habrá pasado en alguna oportunidad.  Sin saber por qué, usted cuando está con alguien llega a sentirse ansioso, o por el contrario, tranquilo.

La sensación que lo afecta se la transmite el otro.  Usted en sí es el receptor de esa energía positiva o negativa que existe en él, y sin notarlo, se contagia de ella.

De igual modo, tal como usted recibe esa energía, usted termina cargado de ella, con la particularidad de que usted emitirá luego de compartir con quien se encuentra, eso que ha recibido a la persona que se le acerque.

Quizá por ello se puede comprender por qué hay sujetos que atraen cosas afables o cosas insulsas.  Por un lado, está la disposición de algunos a atraer los homónimos.  Por el otro, la capacidad de los sujetos de buscar dentro de las múltiples conjugaciones de sentido lo que realmente le hace bien, lo que le da la libertad de elegir lo bueno y alejarse de lo malo.

En este orden de ideas, la más de las veces, quien es sólo un receptor de energía, es un trasmisor de la misma, lo cual da cuenta de que no ha forjado una marca personal.

En sí, dicha posición no es buena o mala, pero causa efectos constatables en las relaciones que se tejen.  De ahí la sagacidad de quien logra comprender el marco energético en el que suscribe sus relaciones cardinales.

Por tanto, si todo parte de la energía primordial, la marca personal ha de consolidarse como una energía positiva en sí misma que apunte hacia la vida.

Ello activa en el trabajo de la forja de la marca personal, la evaluación de la consistencia interna de esta, ya que se tienen que de calibrar los valores energéticos de sus significaciones de modo constante.

Si la marca personal tiene lucidez de lo que es, lo que quiere transmitir y hacia dónde se quiere dirigir, en sí misma no será un receptor energético.  Se erigirá de modo espontaneo como el faro de sus consumidores.

El costo de ello será, por una parte, asumirse como referente en el mercado para generar tendencia de marca.  Por otra, comprender que no todos los consumidores estarán a la altura de las circunstancias.  Lo cual se puede leer como: no todos los consumidores alcanzarán a sostener el nivel de energía transmitido por ella.

La bondad de tal resultado se comprende como la consolidación de la marca personal dentro de un mercado que cuenta con la lealtad de quien necesita de ella.

En su momento Friedrich Nietzsche señaló la importancia de rodearse de espíritus libres para llegar al país de los hiperbóreos, hoy podemos hablar de ser una energía que viralice tendencias que consoliden consumidores con demanda crítica del lazo social a favor de la preservación de las especies.

Aún, de un modo cercano al amor, podemos decir que, una marca personal es: la exteriorización del amor que el otro no encuentra en sí mismo.

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