Imperfecto pero feliz

       Por:*Marta Saenz Correa Por: Marta Sáenz Correa Hoy quiero compartirles algunas de las reflexiones que hace Walter Riso en su último libro «Maravillosamente Imperfecto, Escandalosamente feliz”, en el que nos plantean que no hay que ser necesariamente el mejor de los mejores para tener bienestar, aunque muchos digan lo contrario. Con frecuencia nos creemos el cuento: «Eres un ser excepcional, estas hecho para grandes cosas», sin embargo es necesario que cambiemos ese paradigma por una frase mas saludable: estas hecho...


Por:*Marta Saenz Correa

Por: Marta Sáenz Correa
Por: Marta Sáenz Correa

Hoy quiero compartirles algunas de las reflexiones que hace Walter Riso en su último libro «Maravillosamente Imperfecto, Escandalosamente feliz”, en el que nos plantean que no hay que ser necesariamente el mejor de los mejores para tener bienestar, aunque muchos digan lo contrario. Con frecuencia nos creemos el cuento: «Eres un ser excepcional, estas hecho para grandes cosas», sin embargo es necesario que cambiemos ese paradigma por una frase mas saludable: estas hecho para hacer buenas cosas, interesantes, alegres y simpáticas, aunque no sean extraordinarias y fuera de concurso.

El autor pretende que aprendamos a liberarnos de los mandatos irracionales perfeccionistas como prosperidad, bienestar, éxito, adecuación social, excelencia, ejemplaridad, prestigio, reconocimiento, a través de una supuesta perfección psicológica, conductual y emocional, que además de inalcanzable es profundamente nociva. Estos nos producen estrés, fatiga crónica, desesperanza, altos niveles de ansiedad, sensación de fracaso, infelicidad, y frustración, y nos dificultan cualquier tipo de mejoramiento o crecimiento personal.

Walter Riso propone una serie de derechos que deberíamos tener, como el ser imperfectos, que significa alejarse del concepto de excelencia y perfección psicológica que marca la cultura del rendimiento extremo y del consumismo; el derecho a tratarse bien a ti mismo, implica activar en ti la capacidad de que te contemples, de que te acerques a tu ser con ternura y autocompasión; y el derecho a no compararte y a ser tu propia referencia, implica decidir que quieres ser y como hacerlo, que los humanos que admires te inspiren, pero que nadie te quite tu esencia.

De igual forma, se incluye el derecho a equivocarte y no sentirte culpable de tus errores, no aceptes ser un masoquista moral, si cometes errores puedes sentirte responsable, pero no castigarte por ser malo, recuerda que la culpa es una forma de control social para que nos portemos bien, y por último el derecho a expresar tus emociones. Extraordinario no caer en la cultura del hipercontrol, porque tienes derecho a leer tus emociones, a integrarlas en tu vida y dejar que ellas completen tu existencia; a veces la razón no es mas que un estorbo y hay que dejarse llevar por los sentimientos.

La clave es apuntar a un crecimiento personal sostenible, sin que la autoestima se vea afectada. Partir de lo que dispones, de lo que eres y no de lo que deberías ser o tener. Cuando tomes la decisión de aceptarte a ti mismo de manera incondicional y sin excusas, descubrirás tu camino. Como decía Buda:» tu eres tu propia luz» y aunque no seas la mas brillante del mundo, será tuya, será tu luz original y verdadera, propia e intransferible.

Nota adicional
Cuando tomes la decisión de aceptarte a ti mismo de manera incondicional y sin excusas, descubrirás tu camino. Como decía Buda:» tu eres tu propia luz» y aunque no seas la mas brillante del mundo, será tuya, será tu luz original y verdadera, propia e intransferible.