La educación con calidad juega un papel incuestionable en el desarrollo social y crecimiento de un país, en donde el eje fundamental es el desarrollo humano basado en principios éticos y morales que permitan a la sociedad convivir en un mundo mejor, sustentado en pilares diamantinos de paz, equidad y educación.
En el debate sobre la educación superior en Colombia, el Icetex ha desempeñado un papel crucial en el acceso a oportunidades para miles de jóvenes. Sin embargo, su misión se encuentra en riesgo ante los recientes recortes presupuestales y anuncios preocupantes. El apoyo financiero que proporciona esta institución es vital para la formación profesional de los estudiantes y, por ende, para el futuro del país. No podemos permitir que decisiones de corto plazo generen una crisis de esperanza entre nuestra población estudiantil.
En relación con este tema en publicación reciente sobre el futuro de la educación, subrayé, que nuestro país enfrenta un momento crucial en su historia educativa y no me cabe la menor duda de que esta afirmación cobra mayor vigencia con el debate sobre la educación superior en Colombia y el Icetex, entidad reconocida como una efectiva herramienta del Estado para potenciar el crédito y el acceso a la educación con calidad para el desarrollo educativo de nuestro país. Sin embargo, con las restricciones presupuestales anunciadas su misión se encuentra en jaque comprometiendo el riesgo crediticio para miles de jóvenes colombianos, unos que con esperanza buscan iniciar sus estudios superiores y otros que con disciplina se esfuerzan para mantener el beneficio obtenido para continuar con sus carreras profesionales.
La seguridad jurídica y financiera para los estudiantes es indispensable. Interrumpir los giros del Icetex ocasiona pánico e incertidumbre. Por ello, es fundamental que los entes territoriales, en colaboración con instituciones nacionales, trabajen incansablemente para garantizar que la educación superior sea accesible para todos, especialmente para aquellos que provienen de contextos menos favorecidos. Muchos líderes en los sectores privado y público fueron beneficiarios del Icetex; su éxito es un testimonio del impacto positivo de esta institución.
El Gobierno Nacional debe actuar con sensatez. Las decisiones económicas deben centrarse en ofrecer oportunidades que promuevan la educación. La propuesta de financiamiento del Ministerio de Educación, que ha sido recortada considerablemente, plantea la necesidad de un replanteamiento de prioridades. Según estudios del sector, la educación superior contribuye al crecimiento económico y al desarrollo social, y cada peso invertido brinda un retorno significativo al país.
El déficit de $2,1 billones en el presupuesto para educación es un claro llamado a la acción. La ley de financiamiento propuesta por el Gobierno busca cerrar esta brecha, pero este esfuerzo requiere el respaldo de toda la sociedad. La experiencia sugiere que, si no se toman medidas ahora, el daño a nuestro sistema educativo podría ser irreparable, poniendo en peligro los sueños de 62.000 jóvenes que tienen el derecho a una educación digna.
Es imperativo que unamos esfuerzos y enfoquemos nuestra atención en garantizar que el Icetex no solo sobreviva, sino que se fortalezca. Propuestas de financiamiento alternativas, reformas en la gestión de Icetex e iniciativas conjuntas entre el sector público y privado son esenciales para asegurar su futuro. Además, es crucial que la comunidad educativa, las empresas y la sociedad civil participen activamente en este proceso.
Hoy más que nunca, debemos mantener viva la esperanza por nuestros jóvenes. La educación es un pilar fundamental del progreso, y al invertir en ella, estamos invirtiendo directamente en el futuro de Colombia. No dejemos que la incertidumbre apague las aspiraciones de las futuras generaciones.