El silencio la mejor respuesta

Marta Sáenz Correa.


Por: Marta Sáenz Correa

Aun cuando deberíamos controlar nuestras emociones, normalmente no reaccionamos de la mejor manera ante los sucesos inesperados en nuestra vida. Nos dejamos llevar por la emoción del momento y solemos decir lo que pensamos sin filtrar nada, aun si causa malestar, cólera, ira, rabia, o una alegría que raya en la locura. Por lo cual, hay situaciones en las que lo mejor es reaccionar con el silencio, aunque no lo parezca y suela hacernos sentir impotentes. A muchas personas resulta difícil tomar esta decisión, se enfrascan en discusiones y en dimes y te diré que no conducen a nada positivo, y les resulta intolerable la humildad y la sabiduría que radica en el saber escuchar y simplemente guardar silencio.

El silencio forma parte de la comunicación; empleado de forma consciente o inconsciente, siempre transmite algún sentimiento o estado de ánimo. La dificultad estriba en saber identificarlo y reconocer su significado. Decía Martin Luter King: » Que nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos».

El silencio puede llegar a ser la mejor respuesta cuando sientes que no tienes nada importante que decir y no te sientes cómodo. También es una buena medida para frenar una discusión que aumenta de tono más allá de lo adecuado. La sabiduría de aprender a callar para no encender una hoguera a un nivel emocional implica aprender a controlar el orgullo. Además, el silencio es la mejor respuesta cuando no quieres entrar en el juego de personas curiosas que quieren saber más de lo debido sobre ti. Recuerda que tú eres dueño de tus palabras y de tus silencios.

Saber manejar los silencios es también algo muy importante en la vida. Cuando en nuestras relaciones personales entra el silencio es un indicio para evaluar nuestra comunicación. A veces un silencio vale más que mil palabras. Si no tienes nada bueno, verdadero y útil, es mejor quedarse callado y no decir nada. Aprende a ser como un espejo, escucha y refleja la comunicación de la persona que habla contigo.

La mayoría de la gente no se siente cómoda cuando hay silencio; tanto cuando estamos en compañía como cuando estamos solos, solemos evitar que haya silencio. Pero el silencio puede ser nuestro gran amigo. No solamente nos ayuda a no meter la pata cuando no tenemos nada mejor que decir, sino que puede ser una respuesta contundente, porque muchas veces los silencios hablan más que las palabras. El silencio es un poderoso aliado para conocerse a sí mismo que tiene el poder de hacer que la gente piense y actúe y de calmar una mente agitada.

Para destacar:

No hables al menos que puedas mejorar el silencio. Luis Borges.