Aún encontramos personas que creen que innovar es solamente desarrollar nuevos softwares o introducir nuevas tecnologías en el mercado. Si bien es cierto que las innovaciones más reconocidas de nuestra historia se identifican por sus nuevos productos tecnológicos, detrás existen seres humanos que descubrieron la oportunidad de solucionar grandes problemas de la sociedad.
Fueron tan exitosos en su visión, que lograron trascender fronteras hasta convertirse en referentes mundiales de innovación disruptiva. Sus productos llegaron a ser referentes de verdaderos cambios. Estos innovadores nos mostraron el camino y dieron ejemplo, con sus acciones, de que nada es imposible para aquellos que se atrevan a soñar y a arriesgarse a convertir esos sueños en realidad, de manera que generen valor y muevan la caja registradora.
De ahí la importancia de que nuestras regiones rompan las barreras de la innovación tradicional. Nadie ha dicho que innovar sea una tarea fácil, pero tampoco se requiere nacer con un chip de innovación incrustado en nuestro ADN para producir innovaciones que logren dar respuesta a las necesidades más básicas de nuestra sociedad.
Desde hace varios años, las investigaciones científicas y diferentes expertos, se han preocupado por encontrar metodologías y modelos de gestión de la innovación de manera consciente, y no como parte de procesos aislados e inesperados como nos han hecho creer con los famosos “chispazos”.
De esta forma, siguiendo unos principios básicos se pueden crear innovaciones disruptivas como las realizadas por Steve Jobs, Chuck Hull, RepRap, Adam Mayer, Bre Pettis, Zach Smith, Isamu Akasaki, Hiroshi Amano y Shuji Nakamura y muchos otros grandes innovadores de nuestro siglo que han logrado innovar en varias ocasiones a lo largo de su vida.
Por eso, los expertos coinciden en que para innovar no basta con tener un conocimiento académico sobre algún tema en particular. Es necesario desarrollar un apetito incansable por encontrar nuevas y mejores formas de hacer las cosas, al igual que inyectar pasión y energía en todo lo que hacemos, aumentar nuestro nivel de curiosidad, y finalmente poner todas las habilidades blandas y habilidades tecnológicas al servicio de esas necesidades que vamos detectando en nuestro día a día.
Para ello es fundamental fortalecer esas habilidades que puedan convertir a personas del común en grandes innovadores, en agentes de cambio, capaces de guiar la transformación necesaria para seguir avanzando hasta alcanzar los objetivos, y sobre todo, ser capaces de convertirnos en líderes que hagan crecer a las organizaciones y a la sociedad que nos rodea.
En este punto estarán de acuerdo conmigo, en que es posible replicar de manera consiente procesos de innovación en cualquier contexto, pero se preguntarán, ¿cuáles son las habilidades a desarrollar?, ¿qué habilidades permitirán a las personas del común convertirse en líderes innovadores y poder recorrer la última milla?
Estos líderes innovadores tendrán la responsabilidad de responder a los desafíos actuales en un mundo altamente competitivo y con menos recursos. Desarrollar estas habilidades, implica que seamos capaces de pasar de las ideas a las acciones, y que el resultado de las mismas agregue valor a la sociedad.
El ritmo acelerado del cambio tecnológico, exige líderes innovadores que ayuden a la sociedad a superar los actuales desafíos, contribuyan a la competitividad de las organizaciones y los mercados, y aporten al crecimiento de puestos de trabajo adaptados a una sociedad cambiante, con la disposición de ser flexibles y certeros en el momento de la toma de decisiones y resolución de problemas.
Para lograr estos cambios y agregar valor, debemos apoyarnos en el impulso que nos dan las nuevas tecnologías que, sin ser el objetivo final, generarán un mayor impacto en la economía.
Finalmente, los investigadores María José Sousa y Álvaro Rocha han categorizado en tres dimensiones las habilidades que se requieren para negocios disruptivos. Si estás dispuesto a convertirte en un líder innovador, es necesario que desarrolles como mínimo las siguientes habilidades:
Habilidades de innovación
- Capacidad para generar ideas creativas e innovadoras.
- Capacidad para identificar y explotar nuevas oportunidades.
- Capacidad y disposición para asumir riesgos.
- Capacidad para crear y desarrollar redes nacionales e internacionales.
Habilidades de liderazgo
- Capacidad para trabajo en equipo.
- Habilidad para motivar a los colaboradores.
- Habilidad para manejar sus emociones.
Habilidades de gestión
- Habilidades en las nuevas tecnologías.
- Capacidad para adaptarse a los cambios.
- Capacidad para gestionar acuerdos y alianzas estratégicas.
¿Cuáles de estas habilidades lograste identificar en ti? ¿Qué estás haciendo para desarrollar las habilidades que te faltan y emprender el camino de la innovación? Recuerda que siempre tendremos que dar el primer paso antes de empezar a caminar.
Estimados lectores, los invito a que compartan sus comentarios y sus opiniones para que nutran esta columna, la cual no está escrita sobre piedra. Esperen la próxima columna, en la que hablaremos de cómo prepararnos hacia la cuarta revolución industrial.
César Augusto Herrera
Gerente HSEC Innovation y Presidente ASONAP HSE
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