Silicon Valley es un sistema industrial de base mundial que concentra un gran número de compañías innovadoras. Se encuentra en la península de San Francisco, California, alberga la mayor concentración de capital de riesgo en el mundo, al recibir la mayor cantidad de inversiones. Esta región económica comienza en el Noroeste del Valle en Palo Alto, donde la investigación tecnológica teórica y práctica en el área ocurre en el parque de investigación de la universidad de Stanford. Al ser una región económicamente dinámica, se ha convertido en un hábitat para la innovación y el espíritu empresarial.
Pero, ¿cuál es el secreto del éxito de Silicon Valley y qué podemos hacer para aprender de este gran centro tecnológico? ¿será que el gobierno de los Estados Unidos ha designado esa área como polo de desarrollo tecnológico y proporciona a las empresas de tecnologías enormes facilidades para que se establezcan allí? o ¿será por la cercanía de la universidad Stanford, una de las mejores del mundo en investigación tecnológica y científica?
Según lo dice Vivek Wadhwa, uno de los Guru de la innovación a nivel mundial, en una entrevista que concedió a Andrés Oppenheimer para su libro “Crear o Morir”, “El secreto es la gente; es decir nosotros. Según Wadhwa, no tiene que ver con el gobierno, ni con los incentivos económicos, ni con los parques tecnológicos, ni con los parques científicos, ni con nada de eso. ¨El secreto es el tipo de gente que se concentran allí”, personas con apertura mental, que asumen riesgos, irreverentes a las normas y tienen un culto a lo diferente.
Lugares como Silicon Valley están llenos de jóvenes comprometidos con sus proyectos, jóvenes que se juntan con otros, se consultan y se ayudan a solucionar problemas, aunque no se conozcan entre sí. En los espacios alrededor de Silicon Valley los innovadores tienden a juntarse y ayudarse mutuamente; tienen un propósito superior: no compiten, sino que cooperan y se complementan, una característica común que se ha convertido en una cultura en los emprendedores e innovadores en Silicon Valley.
Ellos han entendido que las grandes innovaciones no son chispazos de genialidad que surgen de la nada, sino que son el resultado de mentes creativas que se nutren de otras mentes innovadoras y del trabajo colaborativo. Son conscientes que la innovación no se da en la soledad, se da en la construcción con el otro. Tienen claro que la innovación es un trabajo en equipo donde cuenta la opinión de todos y son muy abiertos a la equivocación.
La innovación abierta es una herramienta y tipo de innovación que tienen incorporado en su ADN, y que se genera de manera natural. Este tipo de innovación, se basa en la inteligencia colectiva y la principal acción es que comparten su conocimiento interno con personas externas que alimentan, retroalimentan y permiten que esas ideas se desarrollen. Lo positivo de esta práctica exitosa es que permite minimizar las posibilidades de fracaso de la idea, pero lo más poderoso es que les ayuda a moverse hacia adelante de manera rápida y ágil logrando acortar tiempo entre la idea y ejecución.
Las personas en Silicon Valley se conectan y relacionan con otras personas y empresas innovadoras en un entorno ideal, consultándose y compartiéndose los retos y desafíos, es un comportamiento genuino que hacen en su día a día y permite acelerar las ideas e innovaciones.
Un reto para los que estamos en esta línea, es aprender a innovar de manera abierta y aunque realmente no se tiene una receta única y mágica, si hay una constelación de factores que los expertos llaman Ecosistema de Innovación, que ha hecho que Silicon Valley sea el lugar propicio para innovar, y de esa manera se ha convertido en el centro universal tecnológico más innovador e importante del mundo.
Una habilidad clave que podemos aprender de los emprendedores de Silicon Valley, es la tolerancia al fracaso, hablan de sus fracasos casi con orgullo, incluso “enumeran los fracasos como si estuvieran enumerando sus diplomas y certificados universitarios”. Estos principios van en contra de los factores culturales, especialmente en países latinoamericanos como el nuestro, donde hay una cultura conservadora que no acepta el fracaso, de hecho, el sistema legal penaliza el fracaso de los emprendedores.
Otro de los aspectos fundamentales que ha logrado una gran concentración de industrias en Silicon Valley, es que ha sido pionera en propiciar la transformación de las organizaciones, ha adoptado tecnologías emergentes, ha logrado una transformación que está requiriendo nuevos conocimientos y generando nuevos tipos de empleos o como los llaman “empleos del futuro”. En Silicon Valley premian la curiosidad, la capacidad de aprender nuevas habilidades y emprender para crear negocios. Ellos nos dan lecciones que “la empleabilidad de hoy ya no consiste en lo que ya sabemos, sino en lo que podemos llegar a saber» y para eso es necesario mantenernos activos y alineados con los desafíos de la cuarta revolución industrial. “Lo que nos trajo hasta aquí, no nos llevará más lejos”.
Finalmente debemos reconocer qué es lo que realmente necesitamos cambiar, cuáles son nuestras necesidades puntuales y cómo y con quién podemos apalancarnos para poder lograr los objetivos propuestos.
Para conseguirlo, alguno de los consejos que recomiendo es guiarnos de muy buenas fuentes de información y rodearnos de entornos innovadores. En lo personal muchas de las cosas que he aprendido y que he logrado, son fruto de atreverme a experimentar, de investigar, de reconocer que hay personas muy buenas y talentosas de las que puedo aprender, pero también de leer muy buenos libros y artículos como el libro “Crear o Morir” de Andrés Oppenheimer y la “Revista Gerente” que fueron fuente de inspiración para esta columna.
Ph.D César Augusto Herrera S
Gerente de HSEC Innovation
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