El nuevo texto de la reforma a la salud, aprobado en primer debate, conserva dos elementos fundamentales del proyecto original: el manejo público de los recursos y el énfasis en la prevención, según explicó la exministra Carolina Corcho.
La propuesta establece un sistema de información público a través del ADRES para vigilar el destino de cada peso, junto con un manual tarifario que regulará los pagos a clínicas y hospitales. “El manejo público no es el manejo estatal de los recursos públicos de la salud, es el manejo sobre la mesa”, aclaró Corcho.
El proyecto incluye cinco medidas anticorrupción: pagos directos del fondo ADRES con sistema de información público, auditoría a las gestoras de salud y vida, supervisión del ADRES sobre las gestoras, manual tarifario obligatorio y creación de consejos de control social a nivel nacional, departamental y municipal.
“Si nosotros tenemos un fondo ADRES con un sistema de información público donde todos los colombianos vigilemos a dónde va cada peso, supeditamos a las clínicas y hospitales a un manual tarifario que no tenemos en el país”, señaló la exministra.
En cuanto a la prevención, Corcho advirtió que “el sistema va a ser inviable en cualquier parte del mundo si tú no detectas la enfermedad a tiempo, si tú esperas que el cáncer avance o que el joven se suicide, si no tienes un sistema preventivo”.
El texto actual difiere significativamente de la propuesta inicial de más de 150 artículos, pero mantiene la esencia del acuerdo logrado en la Cámara de Representantes. Las gestoras de salud y vida, que reemplazarán a las EPS, no manejarán directamente los recursos públicos, sino que prestarán servicios de auditoría y coordinación.
La reforma busca corregir problemas estructurales como la integración vertical, donde las EPS contratan sus propias clínicas sin regulación de precios, generando sobrecostos al sistema. Según la exministra del gobierno Petro, el nuevo modelo promete mayor transparencia y control sobre el gasto en salud.
