La Comisión Primera del Senado aprobó por unanimidad el proyecto de ley que busca prohibir el matrimonio infantil en Colombia. Esta iniciativa, presentada por novena vez ante el Congreso, superó su tercer debate y se acerca a su aprobación final en la plenaria del Senado.
El proyecto tiene como objetivo eliminar una práctica que afecta los derechos de niños y adolescentes en el país. Según estimaciones, cerca de 32,000 niñas menores de 14 años forman parte de uniones maritales tempranas en Colombia. Esta situación conlleva consecuencias como deserción escolar, embarazo adolescente, violencia sexual, psicológica y física.
La representante a la Cámara, Jennifer Pedraza Sandoval, destacó que la mayoría de estas uniones involucran parejas con más de 10 años de diferencia de edad, lo que compromete el proyecto de vida de las menores.
Un punto de debate fue la aplicación de la ley en comunidades indígenas, donde se presentan muchos de estos casos. Se acordó desarrollar una campaña participativa con estas comunidades para prevenir y atender el fenómeno, sin exceptuarlas de la aplicación de la ley.
De aprobarse, la nueva legislación impedirá que los jueces reconozcan matrimonios que involucren a menores de edad. Esto eliminaría la práctica actual donde los padres pueden dar permiso para casar a sus hijas, lo que ha derivado en situaciones donde las niñas son usadas como moneda de cambio.
Aunque el proyecto no tipifica el matrimonio infantil como delito, busca enviar un mensaje claro de que el Estado colombiano no permite, avala, respalda, legitima ni reconoce ningún matrimonio que involucre a menores de edad.
Pedraza Sandoval señaló que se enfrentaron a resistencias, incluso de sectores progresistas, que se oponen a cualquier tipo de prohibición. Sin embargo, argumentó que esta práctica es nociva y declarada como tal por las Naciones Unidas, y que no representa el ejercicio de una libertad, sino una barrera para acceder a otros derechos.
La representante también mencionó que en Colombia existe una “cultura de pedofilia normalizada” en diversas instituciones, música y prácticas cotidianas, lo que ha dificultado el avance de este tipo de iniciativas.
Respecto a la oposición del presidente Gustavo Petro, quien consideró la propuesta como un ataque al modo de vida campesino, Pedraza Sandoval argumentó que se trata de un cambio cultural necesario para proteger los derechos de las niñas y adolescentes.
El proyecto ahora se dirige a su cuarto y último debate en la plenaria del Senado, donde se decidirá su aprobación final.
