En una operación antinarcóticos, la Policía Nacional logró interceptar un cargamento de 8.2 toneladas de cocaína ocultas en abonos minerales, que pretendía ser enviado a Toledo, España, a través del puerto de Algeciras. El valor de la droga incautada se estima en 453 millones de dólares en el mercado europeo.
La exitosa operación fue resultado de la meticulosa labor de los inspectores de carga, quienes detectaron patrones sospechosos en los procesos de exportación de una empresa fachada sin antecedentes en el sector. Los funcionarios, mediante técnicas avanzadas de perfilamiento y análisis de riesgo, identificaron múltiples irregularidades en la documentación y características de la empresa investigada, que operaba bajo una aparente legalidad en el sector de fertilizantes y productos químicos.
Durante la inspección, las autoridades descubrieron que los narcotraficantes habían empleado una contramedida particular para evadir los controles: la carga emanaba un fuerte olor a heces, una estrategia diseñada específicamente para dificultar la detección de la droga.
El general William Salamanca, director de la Policía Nacional, destacó la importancia del decomiso: “Este resultado constituye una afectación a las finanzas criminales del narcotráfico en más de 453 millones de euros”. Además, señaló que la operación evitó la distribución de más de 20 millones de dosis en los mercados de consumo europeo.