El presidente de Colombia, Gustavo Petro, le propuso al Congreso, reducir la jornada de trabajo a 40 horas semanales. Esta iniciativa busca abordar la paradoja de que Colombia, a pesar de tener una de las jornadas laborales más extensas entre los países de la OCDE, presenta los niveles más bajos de productividad.
En su cuenta X, Petro argumentó que, la creencia de que largas jornadas, inestabilidad laboral y bajos salarios generan mayores ganancias empresariales es un error histórico. Citando ejemplos desde la época de Ford y Roosevelt hasta López Pumarejo en Colombia, el presidente sostiene que esta idea ha sido desmentida repetidamente.
La propuesta se basa en la premisa de que una reducción de la jornada laboral, combinada con mejores salarios, puede aumentar la productividad.
Petro señaló que esto se logra a través de una mayor inversión en educación y la aplicación del conocimiento a la producción, conceptos que atribuye a Marx.
El mandatario criticó las políticas laborales de administraciones anteriores, calificando la situación actual como “semiesclavitud”, al tiempo que propone un pacto entre trabajadores y empresarios para elevar salarios reales y reducir horas de trabajo.
Esta iniciativa busca alinear a Colombia con estándares internacionales de trabajo, mejorando la calidad de vida de los trabajadores y, potencialmente, la productividad nacional.