El presidente Gustavo Petro ha lanzado una acusación contra lo que denomina “antiguos chuzadores”, asegurando que estos están orquestando un plan para desestabilizar su gobierno mediante actividades de espionaje ilegal.
El mandatario, en medio de la controversia por supuestas interceptaciones ilegales a magistrados de las altas cortes y de la JEP, negó categóricamente que su administración esté involucrada en tales prácticas. “Si alguien de bajo nivel, porque tienen redes aún internas, por investigación judicial se descubre, se va de inmediato”, afirmó Petro, dejando clara su postura de cero tolerancia frente a estas acciones.
Sin embargo, el presidente fue más allá y señaló que existe una conspiración en su contra: “Antiguos chuzadores, echados del Gobierno, se están organizando para chuzar por fuera del Gobierno para destruir al Gobierno”. Esta declaración sugiere la existencia de un grupo de individuos, presuntamente expulsados de las esferas gubernamentales, que estarían operando en la clandestinidad con el objetivo de socavar la actual administración.
Petro enfatizó que su gobierno no permitirá ningún tipo de espionaje ilegal y que, de identificarse a algún responsable, se tomarán medidas inmediatas. Estas afirmaciones llegan en un momento de tensión política, donde la transparencia y la legalidad de las acciones gubernamentales están bajo intenso escrutinio público.