El hundimiento de la reforma política en el Senado debido a la falta de quórum ha generado diversas reacciones, entre ellas la del presidente de la corporación, Efraín Cepeda, quien dio su versión de lo sucedido con la iniciativa.
Según Cepeda, el proyecto ya enfrentaba problemas desde su inicio debido a que el Senado no iba a aceptar el texto que llegó desde la Cámara de Representantes.
En sus palabras, la reforma “ya venía cojeando mucho”, pues, en su opinión, el Senado debía acoger el texto de la Cámara, algo que no iba a ser posible.
“Eso no iba a suceder y a voto limpio yo creo que se hubiese negado”, señaló el presidente del Senado.
Cepeda destacó que, aunque hubo un esfuerzo por debatir la reforma, el proceso se dilató debido a las intervenciones de varios senadores, incluidos algunos del partido de gobierno.
En este sentido, el presidente del Senado consideró que si el debate hubiera seguido un curso más directo, el rechazo habría sido inevitable.
“Creo que se hubiera roto al principio o al final”, dijo, sugiriendo que los desacuerdos internos sobre la reforma llevaron a su estancamiento.
El presidente del Senado también aprovechó para criticar el enfoque del gobierno en relación con la reforma, sugiriendo que el texto presentado llegó tarde y no era el adecuado para ser aceptado sin una mayor discusión.
“La reforma llegó tarde y nos querían recetar que la aceptáramos a ciegas, algo que no iba a suceder”, concluyó Cepeda.