Cali. (EFE).– Un grupo de indígenas colombianos del resguardo de Santa Rosa en Inzá, departamento del Cauca (suroeste), retuvieron a varios militares del Ejército acusados de la muerte de una persona, informaron fuentes municipales.
La víctima fue identificada como Enrique Bastidas, de 28 años, quien, presuntamente, habría sido atacado por militares de la Fuerza de Tarea Apolo luego de que ignorara una señal por parte de los uniformados que le indicaba que detuviera la motocicleta en que se movilizaba, según un comunicado de la Defensoría del Pueblo.
Los retenidos son 31 militares que, según la Guardia Indígena de esa región, no serán liberados hasta que una comisión jurídica llegue a la zona para esclarecer los hechos, explicaron a Efe fuentes del municipio.
“El CTI y la Fiscalía están próximos a llegar pero con la gente vamos a tener al Ejército hasta que llegue el personal jurídico” afirmó a medios de comunicación el gobernador del resguardo, Elías Yugüé.
El levantamiento del cuerpo de Enrique Bastidas ha sido pospuesto por la Guardia Indígena hasta que se logre aclarar la situación sobre la muerte del nativo colombiano.
El Estado colombiano reconoce la justicia de las comunidades indígenas que tienen autonomía para tratar ciertos casos.
En ese contexto, en noviembre de 2014 la Guardia Indígena retuvo a siete guerrilleros de las FARC que asesinaron a dos miembros de la comunidad Nasa en el suroeste de Colombia.
Reunidos en asamblea, unos 2.000 indígenas de esta comunidad votaron a mano alzada sobre las penas destinadas a corregir la “desarmonía” (delito según la comunidad occidental) causada por el doble crimen.
Los guerrilleros fueron castigados a diferentes penas de cárcel, además de recibir latigazos.