Nacional. Estados Unidos eliminó hoy, en su informe anual sobre el terrorismo en el mundo, una referencia que venía haciendo desde hacía años a las guerrillas colombianas FARC y ELN como la principal amenaza terrorista en Latinoamérica, y alertó de que en Venezuela hay un “ambiente permisivo” con el terrorismo.
En el capítulo sobre Latinoamérica del documento anual, publicado hoy, no aparece la referencia a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) como “la principal amenaza terrorista en el Hemisferio Occidental”, tal y como aparecía en la edición relativa a 2015.
Ambos grupos siguen incluidos en la lista de organizaciones terroristas del Departamento de Estado, y el informe vuelve a incluir a Colombia, junto a Venezuela, en su lista de países que suponen un “refugio” para terroristas.
Este informe permite bajar las alarmas con respecto a las guerrillas colombianas, debido en buena parte a la aprobación el año pasado de un acuerdo de paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC, y al inicio de 2017 negociaciones con el ELN.
“Colombia experimentó un descenso significativo en la actividad terrorista en 2016, según estadísticas del Ministerio de Defensa, debido en buena parte al alto el fuego bilateral entre las fuerzas del Gobierno” y las FARC, y la firma de la paz, indica el informe.
La amenaza de las FARC también se redujo en Panamá, donde en los últimos años la guerrilla colombiana usaba la provincia sureña de Darién “como base de operaciones, punto de descanso y recuperación y zona de rearme”, según el informe.
En cuanto a Venezuela, el Departamento de Estado vuelve a acusar al Gobierno de Nicolás Maduro de mantener un “ambiente permisivo que toleró el apoyo a actividades que benefician a grupos terroristas”.
En concreto, denunció que Venezuela siguió albergando a individuos ligados a las FARC, al grupo terrorista español ETA y a simpatizantes de la milicia libanesa Hizbulá, y que “por undécimo año consecutivo”, Caracas “no cooperó adecuadamente con los esfuerzos antiterroristas de Estados Unidos”.
En términos generales, el informe determina que en Latinoamérica y el Caribe hay “vulnerabilidades” como “fronteras porosas, capacidades limitadas para aplicar la ley y rutas establecidas por el tráfico” de personas y drogas, que han “ofrecido oportunidades a grupos terroristas locales e internacionales”.