La principal empresa petrolera de Colombia, Ecopetrol, se ha visto forzada a iniciar el cierre de varios campos de producción debido a una serie de bloqueos viales que obstaculizan sus operaciones en diversas regiones del país.
En Puerto Gaitán, Meta, el campo Caño Sur ha cesado sus actividades, lo que supone una pérdida diaria de 45.000 barriles de crudo. La empresa anticipa que pronto se verá obligada a detener la producción en otras zonas clave, incluyendo un campo en Arauca y tres en el Magdalena Medio.
La crisis no se limita al petróleo crudo. El suministro de Gas Licuado de Petróleo (GLP) también se ve comprometido, especialmente en los campos de Cusiana y Cupiagua en Casanare. La imposibilidad de transportar el GLP por vía terrestre amenaza con generar escasez en los puntos de distribución.
La situación se agrava aún más por los recientes ataques terroristas al oleoducto Caño Limón Coveñas y Bicentenario, así como por la toma de la planta de gas Gibraltar. Estos incidentes, sumados a los bloqueos, complican severamente la cadena de producción y distribución de hidrocarburos en el país.
Pese a estos problemas, Ecopetrol asegura que su plan de contingencia está permitiendo mantener el suministro de gas y petróleo, y que las refinerías continúan operando. Sin embargo, la empresa advierte que esta situación podría cambiar si los bloqueos y alteraciones del orden público persisten, lo que plantea un panorama incierto para el sector energético colombiano en el corto plazo.
