La isla de San Andrés enfrenta una profunda crisis en el sector turístico, afectado por la quiebra de aerolíneas como Viva Air y Ultra Air, así como por el aumento en los costos de servicios y productos. Según estimaciones, la isla ha dejado de recibir al menos 500,000 visitantes en comparación con el año anterior.
Los comerciantes y residentes locales expresan preocupaciones sobre la difícil situación económica, señalando que la quiebra de aerolíneas ha reducido las frecuencias de vuelos y aumentado los costos para los visitantes. Además, afirman que los turistas que llegan ya no gastan tanto y buscan ahorrar en lugar de comprar productos locales.
La población local también se queja de la proliferación de trabajadores no locales, que llegan de otras ciudades de Colombia o incluso de países de América Central, lo que reduce las oportunidades de empleo para los habitantes de la isla. Además, destacan la falta de apoyo gubernamental y de iniciativas para fortalecer la economía popular.
La isla, conocida por su belleza natural, depende en gran medida del turismo, y la situación actual genera preocupación sobre cómo sobrevivirán económicamente. Los residentes expresan frustración por la falta de atención y acciones concretas por parte de los gobiernos y llaman a la necesidad de más infraestructura turística y medidas para revitalizar la economía local.