La determinación se basó en varios factores, siendo uno de ellos la inflación anual de junio, que se ubicó en 12,1%, mostrando un descenso de un punto porcentual desde diciembre de 2022. Esta tendencia a la baja es una señal positiva en el control de la inflación y ha contribuido a una mejora en las expectativas económicas, según Leonardo Villar, gerente del Emisor.
A pesar de los avances en el control de la inflación, la Junta reconoció que esta aún se mantiene en niveles altos en comparación con la meta establecida. La inflación básica, que excluye alimentos y regulados, también sigue siendo rígida, registrando un 10,5% anual en junio, nivel similar a meses anteriores. Los procesos de indexación han sido señalados como factores influyentes en este comportamiento.
El panorama económico también mostró señales mixtas. Indicadores como el ISE (Indicador de Seguimiento a la Economía) para abril y mayo, así como la última encuesta de industria y comercio, sugirieron una mayor desaceleración de la actividad económica en el segundo trimestre de lo previsto. No obstante, el mercado laboral continuó exhibiendo un buen desempeño.
En cuanto al crédito, se evidenció una desaceleración en su crecimiento durante los últimos meses, y se notó un deterioro relativo en la calidad de la cartera. Sin embargo, los establecimientos de crédito mantienen sólidos niveles de capital y liquidez, cumpliendo con altos estándares internacionales de regulación.
Un aspecto destacado fue la apreciación del peso colombiano, que ha continuado fortaleciéndose y alcanzando niveles no vistos desde mediados de 2022. Esto ha sido resultado de una reducción de las primas de riesgo país, superando incluso lo observado en otras economías de la región.