En una acción que confirma las expectativas, la nueva administración republicana liderada por Donald Trump anuló este lunes la reciente decisión de su predecesor, Joe Biden, de excluir a Cuba de la lista de Estados Unidos de países que patrocinan el terrorismo. Trump firmó una orden ejecutiva en las primeras horas de su presidencia, revocando la medida tomada por Biden el pasado 14 de enero, una de las últimas decisiones de su mandato.
Biden había eliminado a Cuba de esa lista con el objetivo de facilitar la liberación de varios presos cubanos, como parte de un proceso de mediación impulsado por el Vaticano. En paralelo, Cuba anunció la excarcelación de 553 personas condenadas por diversos delitos. Además, el expresidente suspendió la capacidad de los ciudadanos estadounidenses para demandar en tribunales de su país la expropiación de propiedades en la isla y levantó ciertas sanciones financieras.
El regreso de Cuba a este listado es un giro significativo, pues la isla había sido incluida por primera vez en 1982, pero fue retirada en 2015 durante el periodo de acercamiento diplomático que promovió el presidente Barack Obama. Trump, en su primer mandato, revirtió este proceso, imponiendo mayores sanciones y congelando el “deshielo” que se había producido en la relación bilateral.
La decisión de Trump de reincorporar a Cuba en la lista responde, en parte, a las acusaciones de que en la isla se encuentra la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que en 2021 viajó a La Habana para iniciar un proceso de paz con el gobierno colombiano. La inclusión en el listado tiene implicaciones importantes, entre ellas la prohibición de venta de armas a Cuba, el aumento de restricciones en sus exportaciones, mayores requisitos para los visados y la imposición de sanciones económicas.
A pesar de los esfuerzos de la administración de Biden por suavizar algunas de las sanciones hacia Cuba, como la eliminación del límite para las remesas, el regreso de la isla a la lista de países patrocinadores del terrorismo refuerza una postura más firme hacia el régimen cubano. Marco Rubio, recién confirmado como secretario de Estado, expresó que no tenía “ninguna duda” de que Cuba es un país promotor del terrorismo, lo que subraya la continuidad de la política republicana en este tema.
El gobierno cubano reaccionó al anuncio calificando la decisión como un paso en la dirección equivocada, aunque reconoció que la política estadounidense sigue siendo “cruel e injusta”. A pesar de la revocación de la medida, las sanciones económicas y la guerra económica que enfrenta la isla permanecen intactas.