En las últimas horas se confirmó la extradición de Ovidio Guzmán, uno de los hijos de narcotraficante Joaquín «El Chapo» Guzmán, desde México hacia Estados Unidos.
La extradición tiene como finalidad combatir todas las operaciones relacionadas con el cártel de Sinaloa, en el que Ovidio Guzmán tenía un papel destacado en el tráfico de fentanilo.
Tras su arresto por las autoridades mexicanas a principios de este año, se enfrenta ahora a múltiples cargos federales en diversos tribunales estadounidenses.
La Justicia estadounidense ha presentado cargos en tres distritos federales diferentes contra Guzmán y tres de sus hermanos, quienes supuestamente asumieron el liderazgo del Cártel de Sinaloa después de la captura y posterior extradición de su padre a Estados Unidos.
Los cargos están relacionados con una investigación sobre lo que se ha calificado como «la mayor y más prolífica operación de tráfico de fentanilo del mundo», liderada por el cartel y alimentada por empresas farmacéuticas chinas.
El cartel de Sinaloa es considerado el más poderoso del mundo en el narcotráfico y ha estado involucrado en la producción y distribución de fentanilo, una droga extremadamente peligrosa que ha causado estragos en Estados Unidos.
Además del tráfico de fentanilo, Guzmán y sus hermanos también enfrentan acusaciones de transporte sistemático de toneladas de cocaína desde y a través de Sur y Centroamérica hasta Estados Unidos.