Durante una multitudinaria misa en Bruselas, el Papa Francisco hizo un llamado a la transparencia y la justicia en casos de abuso dentro de la Iglesia Católica. Ante una audiencia de aproximadamente 40,000 fieles en el estadio Rey Balduino, el Sumo Pontífice abordó directamente esta dolorosa problemática.
“En la Iglesia no hay cabida para el abuso ni su encubrimiento”, declaró Francisco, instando a obispos y líderes eclesiásticos a condenar a los perpetradores y exponer estos actos reprochables. El Papa enfatizó que el mal debe ser revelado y juzgado, independientemente de la posición del acusado dentro de la jerarquía eclesiástica.
Estas palabras resonaron con particular intensidad tras la reunión privada que el Papa sostuvo el día anterior con 17 víctimas de agresiones sexuales en la Iglesia belga. Francisco compartió haber sentido profundamente el sufrimiento de estos sobrevivientes, reiterando que si bien la Iglesia acoge a todos, cada uno será juzgado por sus acciones.
La misa, que contó con la presencia de los monarcas belgas, Felipe y Matilde, se convirtió en un escenario para que el Papa, a sus 87 años, reafirmara el compromiso de la Iglesia con la justicia y la sanación.