En un incidente que ha generado asombro y debate, dos hombres en Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias, España, fueron sancionados con multas de 1.000 euros cada uno, equivalente a poco más de 4 millones de pesos colombianos, por alimentar palomas en espacios públicos.
Esta acción fue considerada una infracción grave, violando la ordenanza municipal de Protección y Tenencia de Animales.
Aunque en Bogotá, Colombia, alimentar palomas en la Plaza de Bolívar es una práctica común y aceptada, en otros lugares del mundo como España, se considera una falta que merece ser castigada. Las autoridades locales argumentan que alimentar a las palomas no solo constituye una falta de respeto hacia los demás ciudadanos, sino que también puede provocar un aumento descontrolado de su población y contribuir a la propagación de enfermedades y plagas, así como causar daños al patrimonio arquitectónico debido a sus excrementos y nidos.
Esta medida de multar a quienes alimentan a las palomas se enmarca en una lucha contra una plaga de estos animales que afecta la ciudad. Las autoridades han implementado diversas estrategias, como el uso de halcones para disuadir a las aves en el centro urbano, junto con la instalación de jaulas y redes para capturar hasta 1.000 palomas al mes.
El incidente ha generado sorpresa entre algunos ciudadanos de Bogotá, quienes comentan que, de haber ocurrido en Colombia, todos los que alimentan palomas en la Plaza de Bolívar podrían haber terminado multados.
