La decisión del presidente venezolano Nicolás Maduro de designar a Rodrigo Londoño, alias Timochenko, y al expresidente colombiano Ernesto Samper como los únicos ciudadanos colombianos autorizados para supervisar el conteo de votos en las elecciones de mañana en Venezuela ha generado una gran polémica.
La oposición denuncia posibles irregularidades y la imposibilidad de llevar a sus propios observadores.
La selección de Timochenko y Samper, conocidos por su afinidad ideológica con Maduro, ha puesto en tela de juicio la imparcialidad del proceso electoral.
Timochenko ya se encuentra en Caracas y participó en el acto de cierre de campaña de Maduro, mientras que Samper lleva varios días en reuniones con líderes de izquierda.
La situación se agrava por el impedimento impuesto a la exvicepresidenta colombiana Marta Lucía Ramírez, invitada por la campaña de la líder opositora María Corina Machado, de aterrizar en Caracas.
Esta controversia evidencia la polarización política en Venezuela y la falta de condiciones para unas elecciones libres y justas. La comunidad internacional ha expresado su preocupación y ha hecho un llamado a garantizar la participación de observadores imparciales.
