Los ataques de las FARC contra oleoductos ha contaminado los acuíferos, denuncia ACH

       EUROPA PRESS | Acción Contra el Hambre (ACH) ha alertado del peligro de las consecuencias del conflicto armado en Colombia para la salud de los habitantes del departamento de Nariño, en el suroeste del país, debido a la contaminación de los ríos derivada de los ataques a las infraestructuras petroleras y al oleoducto transandino. «Desde 2009, las comunidades que obtienen su suministro de agua de los ríos Caunapí, Rosario y Mira, han sufrido la contaminación de las corrientes debido a...


EUROPA PRESS | Acción Contra el Hambre (ACH) ha alertado del peligro de las consecuencias del conflicto armado en Colombia para la salud de los habitantes del departamento de Nariño, en el suroeste del país, debido a la contaminación de los ríos derivada de los ataques a las infraestructuras petroleras y al oleoducto transandino.

«Desde 2009, las comunidades que obtienen su suministro de agua de los ríos Caunapí, Rosario y Mira, han sufrido la contaminación de las corrientes debido a las acciones armadas contra las infraestructuras petroleras y el oleoducto transandino», según ha denunciado ACH, lo que puede ocasionar «un grave impacto para la salud y la agricultura de cientos de familias».

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Después de los ataques al oleoducto transandino por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y la posterior contaminación de las aguas, las comunidades de los ríos Canaupí, Rosario y Mira «improvisaron pozos y cisternas», pero con un agua que «carece de la calidad mínima para el consumo seguro», de acuerdo con ACH. La organización ha alertado de la probabilidad de «brotes de enfermedades diarreicas e infecciones respiratorias».

Antes de la contaminación «estas comunidades sufrieron inundaciones en mayo y, debido a la intensificación de los combates en la zona, no recibieron ayuda», ha señalado el coordinador de agua y saneamiento de ACH en Colombia, Néstor Arteaga. Es por ello que las personas de estas zonas «se ven obligadas a consumir agua contaminada», ha añadido.

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A pesar de las labores de limpieza, el petróleo que se contaminó el río tras la explosión de un tramo del oleoducto sigue suponiendo un peligro para las aguas y el entorno. «Un gran número de niños y niñas muestran signos de afecciones respiratorias, hongos, alergias, erupciones en la piel, dolores de cabeza o diarrea y actualmente no cuentan con ningún tipo de asistencia», ha señalado Juliana Ruiz, responsable de programas de ACH en Colombia.

La organización humanitaria ha recordado que las comunidades de Tumaco y Canaupí se han visto continuamente afectadas por el conflicto armado colombiano. ACH ha denunciado que «las restricciones de la navegación, debido a que el río, única vía de comunicación, está bajo el control de grupos armados, dificultan enormemente el acceso a la zona».

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Acción Contra el Hambre ya ha distribuido filtros, depósitos y contenedores de agua, mosquiteras, jabón y productos de higiene para intentar contrarrestar el posible aumento de enfermedades y mejorar la salubridad de estas comunidades.