A sus 17 años, Madi Foster, de Stafford Inglaterra, empezó a presentar falta de energía y dificultad para respirar. Tras estos síntomas, fue diagnosticada con depresión y ansiedad.
Los médicos le mandaron medicamentos para tratar este trastorno mental, sin sospechar que detrás de esa sintomatología había una enfermedad altamente grave.
Después de un tiempo, los síntomas de Foster se intensificaron, pasando de un leve cansancio a dolores de espalda, sudoración excesiva y un aumento de tamaño en uno de sus brazos.
Tras este evidente agravante, Madi se sometió a múltiples exámenes, entre ellos una tomografía computarizada, que reveló un tumor de 15 centímetros en su espalda, revelando que la existencia de un carcinoma adrenocortical, un cáncer extremadamente agresivo.
Después de saber la existencia del cáncer, Madi se sometió a una cirugía, con el objetivo de extirpar el tumor, no obstante tuvo un shock séptico, cuando su abdomen se llenó con cinco litros de líquido.
Estás complicaciones, no permitieron la administración de la quimioterapia, provocando que el cáncer se extendiera a otras partes del cuerpo.
Actualmente, Foster está recibiendo tratamiento en los Institutos Nacionales de Salud (NIH) en Maryland, Estados Unidos.
Sobre esta difícil situación, Madi no se da por vencida, expresando: “mi plan es recuperarme a través del tratamiento que ofrecen en el NIH y continuar estudiando Medicina, particularmente Oncología, y ayudar a otras personas”.