La protesta de Hong Kong entra en una espiral de violencia tras una paliza policial

       La paliza propinada por seis policías de Hong Kong ayer de madrugada a un manifestante, grabada en vídeo por una cadena local, ha sumido la protesta de la excolonia británica en una envenenada espiral de violencia desconocida en los 18 días que duran ya las manifestaciones. Hasta ahora los momentos más duros se habían vivido en las primeras 72 horas de actuación en las calles de los revoltosos demócratas, momentos en los que la policía de la isla había replicado...


La paliza propinada por seis policías de Hong Kong ayer de madrugada a un manifestante, grabada en vídeo por una cadena local, ha sumido la protesta de la excolonia británica en una envenenada espiral de violencia desconocida en los 18 días que duran ya las manifestaciones.

Hasta ahora los momentos más duros se habían vivido en las primeras 72 horas de actuación en las calles de los revoltosos demócratas, momentos en los que la policía de la isla había replicado con contundencia y gases lacrimógenos a las protestas, provocando una contestación acrecentada de una parte de la población hongkonesa.

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Desde entonces, la revuelta había caminado por senderos en general pacíficos, aunque el pasado jueves la ruptura unilateral y por sorpresa de una iniciativa de diálogo por parte de las mismas autoridades que la habían propuesto puso de nuevo en marcha los resortes de la violencia.

Tras haberse enfrentado el lunes a grupos organizados de atacantes partidarios de las autoridades de Pekín, algunos de los manifestantes abordaron las protestas del martes con mucha adrenalina circulando por sus venas. Como resultado, un grupo de cientos de manifestantes acorraló a varias decenas de policías, a quienes obligó a retirarse a una de las calles próximas a las sedes del Gobierno y del Parlamento de Hong Kong.

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Horas después, decenas de policías, muy enfadados, volvieron al lugar de los hechos para dispersar a los manifestantes, haciendo uso de la fuerza y empleando gas pimienta hasta lograr abrir la calle al tráfico. En esas circunstancias, seis agentes se llevaron a un manifestante a una zona apartada de la multitud, donde le golpearon y propinaron numerosas patadas durante cuatro minutos, mientras el joven estaba en el suelo con las manos atadas, como puede comprobarse en la grabación de vídeo.

El manifestante, identificado como Ken Tsang, es miembro del Partido Cívico, uno de las principales formaciones políticas pro-democracia de Hong Kong, y se encontraba entre los cientos de personas que horas antes habían acorralado a las fuerzas del orden hongkonesas.

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Para intentar frenar el enfado de los manifestantes por el abuso de poder policial, las autoridades de la isla han apartado de sus puestos a los agentes implicados en la paliza. La Policía ha abierto una investigación.

A lo largo del día de ayer, el movimiento Occupy Central, una de las tres grandes organizaciones que dirigen las revueltas, mostró imágenes de Tsang con hematomas y heridas en la cabeza, cuello y espalda. A las puertas del Parlamento, 21 miembros del partido democrático condenaron la actuación policial, que calificaron de «ilegal».