Las autoridades de Corea del Sur han confirmado este miércoles 26 de marzo que la cifra de fallecidos por los incendios forestales que arrasan el sureste del país ha llegado a 24 personas. La gravedad de la situación ha llevado al Gobierno de Seúl a declarar el estado de catástrofe a nivel nacional.
El Cuerpo de Bomberos enfrenta serias dificultades para controlar las llamas debido al clima seco y las fuertes ráfagas de viento en las provincias de Gyeongsang del Norte y Gyeongsang del Sur, las zonas más afectadas. Actualmente, cerca de 5.000 efectivos y 560 aeronaves trabajan en las labores de extinción, concentrándose principalmente en el condado de Sancheong.
Según informaron las autoridades, la mayoría de las víctimas mortales tienen entre 60 y 70 años. Además, unas 26 personas han resultado heridas, de las cuales 12 se encuentran en estado crítico. La emergencia ha obligado a más de 23.000 personas a huir de sus hogares.
Los incendios comenzaron hace cinco días en las inmediaciones de Uiseong y se han extendido hacia Andong, Cheongsong, Yeongyang y Yeongdeok. Del total de víctimas mortales, 20 han sido halladas en Uiseong y otras cuatro en Sancheong.
Las llamas han calcinado aproximadamente 17.000 hectáreas de bosque y más de 200 viviendas y fábricas en la zona. El presidente en funciones, Han Duck Soo, ha calificado estos como los “peores incendios forestales” en la historia del país y ha instado a tomar todas las medidas necesarias para evitar que el fuego siga avanzando.
Además de las víctimas civiles, un piloto de helicóptero que participaba en los trabajos de extinción ha fallecido tras estrellarse en una zona montañosa durante las operaciones en Uiseong.
La gravedad de las llamas también ha obligado al Ministerio de Justicia a trasladar a cerca de 500 presos de una cárcel en la provincia de Gyeongsang a otros centros penitenciarios del país, aunque inicialmente se estimaba que la medida podría afectar a unos 3.500 reclusos.