Estado Islámico ha ejecutado en Anbar a otros 85 miembros de la tribu iraquí de los Albu Nimr, según han informado fuentes de seguridad y líderes tribales. Se trata de 50 desplazados y otros 35 cadáveres hallados en una fosa común que se suman a los más 300 fallecidos confirmados esta semana.
La organización yihadista ha lanzado una campaña de asesinatos contra los miembros de esta tribu por su resistencia a los avances del grupo en Irak.
Algunas tribus suníes se han sumado a las milicias chiíes y a la tropas gubernamentales para echar de Irak al EI. Pero otras muchas se han sumado a las filas yihadistas, debido a la marginalización que –según denuncian– han sufrido desde la caída de Sadam Husein, en 2003.
El líder tribal Naeem al-Ga’oud informó que los 50 desplazados habían muerto el pasado viernes, todos ejecutados, en la ciudad de Ras al Maa, al norte de Ramadi, capital de la provincia de Anbar. Otro responsable de la seguridad iraquí fue el encargado de comunicar el hallazgo de los 35 cadáveres enterrados.
La comunidad internacional ha condenado sin paliativos estas masacres. “Estamos profundamente preocupados por los informes de ejecuciones masivas de miembros de tribus suníes de Anbar por el Estado Islámico y condenamos enérgicamente las brutales acciones que sigue llevando a cabo contra el pueblo de Irak”, ha dicho la portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Jen Psaki.
España, por su parte, ha condenado “en los términos más enérgicos” los “asesinatos masivos”, que considera merecedores de ser juzgados como crímenes contra la Humanidad.
“Con estas atrocidades, el Estado Islámico muestra una vez más los extremos de inhumanidad a los que ha llegado pero, lejos de amedrentar a quienes nos oponemos a su régimen de brutalidad, refuerza nuestra determinación para luchar incansablemente hasta la completa extirpación de este cáncer”, hizo saber el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado.