Las elecciones presidenciales en Brasil entran hoy en conteo regresivo a seis días de que la población elija entre 11 candidatos, quien regirá los destinos del país en el próximo cuatrienio.
La presidenta Dilma Rouseff, aspirante a la reelección por el Partido de los Trabajadores (PT), se mantiene a la cabeza de las encuestas de intención de voto con un 38 por ciento frente a su principal rival, Marina Silva del Partido Socialista Brasileño (PSB). Rousseff apuesta a mantenerse en la Presidencia con una política basada en el proceso de cambios socioeconómicos que inició el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, y por profundizar e impulsar programas sociales que sacaron de la pobreza en la última década a casi 40 millones de brasileños.
La mandataria, quien defiende un desarrollo económico sostenible con inclusión social, ha recibido en las últimas semanas un fuerte respaldo de grupos gremiales como la Central Única de los Trabajadores, que la ven como “una presidenta comprometida con nuestros derechos y no con los banqueros y los especuladores”.
Aunque hay 11 aspirantes a llegar al Palacio de la Meseta (sede presidencial), tres acaparan la atención.
A Rousseff le sigue Marina Silva, representante del PSB, quien aboga por la autonomía del Banco Central, menos poder para las entidades financieras públicas, y continuar con los programas sociales.
Su propuesta de gobierno han sido criticada por la mandataria, quien advirtió que, de ganar Silva, sería un retorno al pasado porque su proyecto es considerado neoliberal.
También aparece el senador Aécio Neves, de la Social Democracia Brasileña (PSDB), quien señala a su adversaria del PSB de plagiar partes del plan de gobierno de su fuerza política.
Las elecciones del próximo domingo, en la que se esperan ejerzan su voto 142 millones de ciudadanos, tendrá entre sus más de 60 observadores a miembros del Parlamento del Mercado Común del Sur (ParlaSUR) y de la la Organización de Estados Americanos (OEA).
Los delegados estarán presentes durante el funcionamiento del sistema de votación electrónico, que por primera vez se utilizará en toda la nación sudamericana.