Estados Unidos ha aclarado su posición respecto a los resultados de las recientes elecciones en Venezuela. Mientras reconoce a Edmundo González Urrutia como vencedor de los comicios, Washington se abstiene de proclamarlo presidente, instando en su lugar a una negociación para una transición democrática.
Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado, declaró: “Todavía no estamos en ese punto (de reconocerlo como presidente)”. Esta cautelosa postura subraya la complejidad de la situación y el deseo de EE.UU. de alinear su respuesta con otros actores regionales clave como Brasil, México y Colombia.
La administración Biden mantiene su presión sobre el Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE) para que publique las actas de votación, expresando preocupación por el potencial de alteración tras una semana de demora. Esta exigencia se alinea con el llamado conjunto de los presidentes Lula da Silva, Gustavo Petro y López Obrador para una verificación transparente de los resultados.
Mientras tanto, la tensión interna en Venezuela escaló con el anuncio de la Fiscalía de investigar a María Corina Machado y al propio González Urrutia por “instigar insurrección”, en respuesta a sus declaraciones post-electorales.
La posición de EE.UU., aunque respaldando la victoria de González Urrutia basada en las actas obtenidas por la oposición, evita un reconocimiento presidencial prematuro. Esta estrategia busca promover un diálogo entre el oficialismo y la oposición para una “transición pacífica de regreso a la democracia”.