Prensa Latina | Bujumbura. El exjefe de los servicios secretos de Burundi general Godefroid Nyombare anunció hoy la destitución del presidente del país, Pierre Nkurunziza, mientras éste permanecía en Dar es Salam, Tanzania, en un foro de la Comunidad de África Oriental (CAO).
“El presidente Pierre Nkurunziza fue destituido de sus funciones y el Gobierno ha sido disuelto”, dijo Nyombare en la radio privada RPA, ahora bajo su mando.
Informó que ordenó el cierre del aeropuerto internacional de Bujumbura y de los límites terrestres ante el viable regreso del gobernante.
Apuntó que se instaló “un comité temporal para restablecer la concordia nacional y con la misión, entre otras, de restablecer la unidad del país”, así como “la recuperación del proceso electoral en un clima sereno y equitativo”.
En medio del desconcierto por tales aseveraciones, el Gobierno calificó de fallida la tentativa golpista y aseguró en un comunicado que la situación se encuentra bajo control.
La presidencia indicó que Nkurunziza estaría de regreso al país para intentar resolver la complicada situación y el ayudante del mandatario estimó que era una broma lo del golpe de Estado.
Al citar a otros círculos oficiales, medios radiales aseguran que se inició un diálogo entre fuerzas leales a Nkurunziza y los golpistas para evitar un baño de sangre.
Nyombare resultó sustituido en febrero pasado al aconsejarle al Presidente que renunciara a un tercer mandato, calificado de inconstitucional por los opositores.
El 25 de abril último Nkurunziza fue designado por el Consejo Nacional para la Defensa de la Democracia (CNDD-FDD, partido gobernante) para aspirar a una tercera legislatura.
Tal nombramiento provocó una ola de violentas protestas por parte de adversarios políticos, quienes insisten en que la Constitución limita a dos el número de mandatos.
Organizaciones internacionales aseguran que los enfrentamientos han provocado un total de 18 muertos desde el pasado 26 de abril.
Cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) revelan además que por la violencia más de 50 mil personas huyeron de sus hogares a países vecinos.
Los burundeses temen la repetición de anteriores conflictos. Más de 250 mil personas murieron en la guerra civil (de 1993 a 2005) entre los rebeldes hutus y el ejército, dominado por los tutsis.