El presidente Donald Trump ha generado controversia al sugerir que Canadá debería convertirse en el estado número 51 de Estados Unidos, argumentando que el país norteamericano “deja de existir como país viable” sin los subsidios estadounidenses.
Simultáneamente, la Casa Blanca anunció la firma de una orden ejecutiva que impone aranceles del 25% sobre productos importados de México y Canadá, mientras establece un 10% para las importaciones chinas.
Las importaciones energéticas canadienses recibirán un tratamiento diferenciado con un arancel del 10%.
La medida fue implementada bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA), justificada como respuesta a lo que la administración considera amenazas relacionadas con la inmigración irregular y el tráfico de drogas, particularmente el fentanilo.
Trump argumentó que Estados Unidos no necesita recursos canadienses, citando la abundancia de energía, capacidad manufacturera automotriz y recursos madereros propios, sugiriendo que la anexión beneficiaría a Canadá con “impuestos más bajos y mejor protección militar”.
