Bangkok, 15 ago (PL) Las autoridades tailandesas intensifican hoy la lucha contra el negocio de las madres de alquiler o sustitutas, con especial énfasis en médicos e ilegales clínicas dedicadas a ese mercado.
La policía tomó mayor atención contra ese tipo de trasiego, luego del escándalo surgido por la negativa de una pareja australiana a quedarse con un gemelo que sufría síndrome de Down, concebido mediante el sistema de vientre de alquiler.
Según las leyes vigentes, solo se puede actuar contra doctores y dueños de clínicas, por lo que el primer paso consiste en una modificación legislativa capaz de ampliar los poderes del gobierno y procesar a todos los involucrados.
Los casos de las madres de alquiler salieron con mayor fuerza a la opinión pública, después que la policía allanó un condominio de lujo el pasado día 5 y encontró nueve bebés engendrados por un japonés rico.
Las primeras investigaciones del episodio refieren que Mitsutoki Shigeta, ahora fugitivo, contrató los servicios de varias mujeres tailandesas para procrear a los niños, a los que más tarde se sospecha que vendía en Japón.
El Gobierno se hizo cargo de los bebés y han concentrado sus esfuerzos en probar la culpabilidad del doctor Pisit Tantiwattanakul y otros asociados médicos, los presuntos ejecutores de la concepción en los vientres de reemplazo.
Las autoridades adoptaron medidas drásticas contra ilegales clínicas de maternidad subrogada y mantienen persecución contra los especialistas dedicados a este negocio, aunque en realidad hay la percepción de que también son culpables las madres de alquiler, los agentes y los padres biológicos.