(PL) Las misiones de paz de Naciones Unidas enfrentan un complejo escenario, marcado por ataques a los cascos azules y crecientes dificultades para el fin de la violencia en muchos países, señalaron hoy jefes militares de esas fuerzas.
En una sesión del Consejo de Seguridad dedicada a las operaciones de paz, el asesor militar de la ONU, general Maqsood Ahmed, informó que más de 90 mil efectivos están desplegados en 16 naciones o zonas de conflicto en el planeta, casi la totalidad de ellas en África y Asia (salvo Haití, Kosovo y Chipre).
La cifra de uniformados pudiera crecer en el futuro, dada la situación en el terreno, advirtió ante el órgano de 15 miembros, presidido en octubre por Argentina.
Según Ahmed, la epidemia de ébola presente en África occidental agrega un nuevo ingrediente a las misiones de Naciones Unidas en ese continente.
El asesor ilustró los retos que enfrentan los cascos azules con los recientes ataques a la fuerza integrada de estabilización en Mali (Minusma), en los cuales en los últimos días murieron 10 soldados (nueve nigerianos y un senegalés) en acciones de grupos armados activos en el norte del país.
Por su parte, el jefe de la Misión en la República Democrática del Congo (Monusco), teniente general Carlos Alberto Dos Santos, subrayó que pese a las dificultades, no puede renunciarse a la protección de los civiles amenazados por las crisis.
«Se trata de una obligación moral, y tengo el convencimiento de que la mejor manera de protegerlos es siendo proactivos en lugar de reactivos», dijo.
También el responsable militar de la Fuerza de Observación en los Altos del Golán (Undof), general Iqbal Singh Singha, notificó al Consejo sobre la compleja situación en ese territorio sirio, una parte del mismo ocupado por Israel.
Extremistas y mercenarios como los que tratan de derrocar al gobierno de Bashar al Assad han ejecutado frecuentes acciones contra los cascos azules desplegados en la zona desmilitarizada del Golán.
Al respecto, Singh Singha recordó el secuestro en agosto pasado de 45 uniformados de Fiji, apenas unos días después de que los fundamentalistas islámicos hicieran lo mismo con 72 filipinos integrantes de la Undof.