El traspaso de unos cables de energía, desde un árbol seco a un nuevo poste, mantiene a los residentes del barrio Casita Nueva, en la margen izquierda de Montería, en vilo, ya que las obras de pavimentación que se realizan en la zona, no pueden avanzar hasta que se derribe el árbol.
La situación se dio desde el 10 de agosto, cuando las obras de pavimentación en la calle 30 revelaron un grave riesgo eléctrico. El árbol, ubicado en la calle 8E 85 sostiene precariamente una guaya eléctrica, amenazando la seguridad de los vecinos y obstaculizando el progreso de las obras públicas.
A pesar de múltiples llamados a Afinia, la empresa responsable del servicio eléctrico, los vecinos denuncian una preocupante falta de respuesta. La compañía inicialmente sugirió que los propietarios instalaran un tubo de dos metros en el techo para reubicar el cable, una solución que los residentes implementaron a su costo.
Sin embargo, tras cumplir con las exigencias de Afinia, los vecinos se encuentran en un limbo burocrático. Las visitas técnicas han sido infructuosas, con trabajadores alegando imposibilidad de acceso al tronco y negándose a utilizar escaleras por razones de seguridad.
La situación se agrava con la presencia de maquinaria pesada cerca del árbol en cuestión. El consorcio encargado de la pavimentación advierte sobre el inminente riesgo de caída del poste y los cables, lo que podría resultar en un grave accidente y la pérdida de energía en todo el sector.
Los residentes le hacen un llamado urgente a Afinia para que tome cartas en el asunto. La comunidad exige una solución inmediata antes de que la negligencia desemboque en una tragedia, subrayando que la manipulación de cables energizados no puede ser responsabilidad de civiles sin el equipo adecuado.
