Redacción. Como una persona servicial y comprometida con su labor, recuerdan sus compañeros de trabajo a Jair Enrique Soto Ruíz, un paramédico y conductor de ambulancias de Montería que falleció el pasado 12 de abril, por las secuelas que la COVID-19 dejó en su cuerpo.
Aunque en el mes de febrero había superado un crítico episodio que lo tuvo por varios días en una Unidad de Cuidado Intensivo de la ciudad, las secuelas del virus le generaron complicaciones respiratorias que lo llevaron a la muerte.
Por más de 15 años este hombre de 42 años de edad estuvo laborando en el sector de la salud, y durante los meses más críticos de la pandemia en el departamento de Córdoba, prestó sus servicios para el traslado de pacientes con COVID-19.
“Un conductor que la dio toda durante esta pandemia haciendo traslados de pacientes con COVID, pero lamentablemente murió a causa de complicaciones generadas por el virus y quisimos hacerle un reconocimiento a una persona que fue buen trabajador, buen padre y que siempre dio todo por su trabajo”, aseguró Jorge Marrugo, gerente de Gestarsalud en Montería y último jefe Jair.
“Lo recuerdo como una persona responsable, trabajadora, una persona íntegra, que a pesar de las circunstancias y las adversidades que se presentaran en las vías, nunca dejaba de cumplir con las responsabilidades que tenía”, agregó Javier Trespalacios Álvarez, enfermero y compañero de trabajo.
Tras su fallecimiento, el gremio de paramédicos, uno de los más golpeados y expuestos desde el inicio de la pandemia, rindieron un homenaje a este profesional de la salud.
Con una caravana de ambulancias, amigos, colegas y compañeros, le dieron el último adiós a Jair Soto, mientras reconocieron su labor en la tarea de salvar la vida de los pacientes que a diario transportaba.
