José David Guerra Bonet, un joven Abogado Cordobés fue el encargado de representar a Colombia en el concurso de Microrelatos más importante que se realiza en el mundo.
José David, quien además es ingeniero de control egresado de la Universidad Nacional, amante de las matemáticas y la física, tiene entre sus cualidades el don de la escritura, lo que le permite hablarles de tú a tú a los mejores exponentes de esta técnica narrativa que consiste en contar una historia con tan sólo con 100 palabras, incluido el título de la obra.
“Aquí se evalúa capacidad de síntesis y análisis en sólo 100 palabras debes decirlo todo” señala el autor.
El joven cordobés participó en la tercera edición de este concurso que se realiza desde el año 2009 bajo la organización de la Fundación César Egidio Serrano en España. En esta ocasión su cuento titulado “impotencia” Compitió por un lugar de privilegio junto a 22 mil 752 participantes de todo el globo.
A pesar de la extensa y fuerte competencia, “Impotencia” de José David logro ubicarse en el selecto grupo de los 280 finalistas y posteriormente su Microrelato fue escogido para ser parte del compendio de cuentos que publicará la fundación.
Esta no es la primera ocasión que José David recibe una distinción, en el 2009 obtuvo la primera mención en el segundo Concurso de Minificción zona Caribe, en homenaje a David Sánchez Juliao, también en el año 2010 tuvo una exitosa participación en el concurso Cuentos de nunca acabar.
Impotencia, narra aspectos de la moral y de la espiritualidad humana, aquí puedes disfrutarlo:
Impotencia
“Entró en casa como de costumbre. Esta vez, sobre la mesa, observó unas copas de champaña y una vela derretida; sobre el suelo, una zapatillas, un par de tenis; una blusa negra, una camisa; una falda blanca, un pantalón, medias de cristal, calcetines. Finalmente, un bóxer; un sostén y una tanga, ambos rojos. Todas las prendas encaminaban el dormitorio, avanzó. Llegó al terminal, ahí estaban. Entonces, consternado, gritó, maldijo, pateó puertas y se fue. Ha de ser el viento, dijo ella, y se detuvo un instante; volteó la foto de su difunto marido, y siguió haciendo lo suyo”.