El deterioro en la flota de buses del transporte público en Montería genera quejas entre los usuarios, quienes enfrentan un incremento en la tarifa a $3.300 desde el 1 de enero.
Los pasajeros denuncian sillas en mal estado y condiciones generales deficientes en las unidades que prestan el servicio.
“Las sillas son bastante incómodas”, señala un usuario de la ruta Rancho Grande, quien debe realizar largos trayectos en estas condiciones.
Los problemas de mantenimiento se presentan en diferentes rutas del sistema. “Las intervenciones dentro del autobús no son las mejores”, expresa Jefferson Navas, quien utiliza regularmente el servicio y cuestiona la relación entre el estado de los vehículos y el nuevo precio del pasaje.
La empresa Metrosinú, en diálogos previos con este medio, reconoció que la reposición de la flota deberá realizarse una vez entre en servicio el Sistema Estratégico de Transporte Público.
Sin embargo, aseguran que todos sus vehículos reciben el mantenimiento técnico-mecánico reglamentario.
De hecho, la Alcaldía de Montería condicionó cualquier incremento tarifario en el servicio de transporte público a la modernización del sistema, tanto en aspectos relacionados con el recaudo y la gestión de flota, como en el estado de los buses que prestan el servicio.