En Montería, capital del departamento de Córdoba, solo el 14.67% de los hogares rurales cuentan con acceso al servicio de gas natural, revelando una marcada disparidad entre las zonas urbanas y rurales de la ciudad.
Esta cifra contrasta significativamente con la cobertura en el área urbana, donde el 90.79% de los hogares disfrutan de este servicio básico. En total, el 77.44% de los hogares monterianos están conectados a la red de gas natural, evidenciando que la expansión del servicio ha priorizado las zonas más densamente pobladas.
La falta de acceso al gas natural en las zonas rurales de Montería obliga a muchas familias a recurrir a alternativas menos eficientes y potencialmente peligrosas para cocinar. El uso de leña, por ejemplo, no solo implica un mayor esfuerzo para las familias campesinas, sino que también contribuye a la deforestación y puede tener impactos negativos en la salud respiratoria.
El acceso limitado al gas natural en las zonas rurales también tiene implicaciones económicas. Las familias que dependen de cilindros de gas propano enfrentan costos más elevados y un suministro menos confiable en comparación con quienes están conectados a la red de gas natural.
La ampliación de la red de gas natural a las zonas rurales presenta desafíos logísticos y financieros significativos. La baja densidad poblacional y las largas distancias entre hogares aumentan el costo por conexión, haciendo que muchos proyectos de expansión sean económicamente inviables sin subsidios gubernamentales.
LARAZÓN.CO contactó a una fuente del sector energético que aseguró: “Llevar gas natural a zonas rurales dispersas requiere una inversión sustancial. Sin apoyo estatal, las empresas de servicios públicos rara vez encuentran rentable expandirse a estas áreas”.
Un ejemplo de las dificultades ha sido el proyecto de gas domiciliario que buscaba llevar este servicio a 12 corregimientos del municipio de Montería. Pese a sus intentos, el año pasado el proyecto no logró avanzar.
Originalmente, se proyectaba que 3,000 familias serían beneficiadas en sectores como Caño Viejo, Santa Lucía, Santa Clara, Patio Bonito, entre otros nueve centros poblados. Sin embargo, la iniciativa quedó en el limbo.
El reto de buscar soluciones innovadoras para cerrar esta brecha es imperativo. Alternativas como el gas propano comunitario o sistemas de energía renovable podrían ser opciones a considerar para mejorar el acceso a energía limpia y asequible en las zonas rurales.