En medio de los 33 años de la Constitución Política de 1991, el magistrado José Fernando Reyes, presidente de la Corte Constitucional, criticó la posibilidad de un nuevo proyecto constitucional, argumentando que “no hemos sido capaces de hacer cumplir el pacto que nos forjamos en 1991“. Sus declaraciones se dan en el contexto de la propuesta de una Constituyente por parte del Gobierno Petro.
“La constitución no puede ser una masa deforme, gelatinosa y banal, cambiable a placer sino al revés, un texto rígido, con muy relativas flexibilidades que precisa de muy meticulosos y exigentes requisitos de variación y cambio,” manifestó el magistrado.
Reyes enfatizó que la “banalización de la constitución y el querer cambiarla porque sí es el peor mensaje que puede darse a un pueblo cuyas manos y cuyos espíritus todavía reclaman la satisfacción de los mínimos.”
Pese a que Reyes reconoció que Colombia puede darse una nueva constitución si así lo quiere su pueblo, acorde al artículo 376 de la actual Carta Magna, resaltó que el país “resume la esencia de una democracia constitucional” y que la Constitución de 1991 consagra “el principio de legalidad de la actuación de todos los poderes” y “la esencia de los derechos fundamentales de cada uno de los habitantes.”
Por su parte, el Ministro del Interior designado, Juan Fernando Cristo, anunció que buscará un acuerdo nacional que permita explorar la posibilidad de convocar una Asamblea Nacional Constituyente bajo los parámetros de la Constitución de 1991. Según Cristo, este proceso comenzaría a partir de la próxima semana con un diálogo con todos los sectores del país.
En esta línea, el presidente Gustavo Petro aseguró que antes que una Constituyente, es necesario un “poder constituyente y el acuerdo nacional” sobre diversos temas de interés nacional, como garantías en educación, salud y pensiones, un nuevo ordenamiento territorial, la reforma agraria, la adaptación a la crisis climática, la reforma a la justicia y la política.