El Cabo Tercero Francisco José Pardo Olivero, de 23 años, decidió quitarse la vida en la base militar de Facatativá, Cundinamarca, tras sufrir un presunto acoso sistemático por parte de un superior debido a su origen costeño.
En una desgarradora carta de despedida, Pardo Olivero relató el hostigamiento constante que enfrentaba, destacando cómo su superior, el mayor Andrés López, manifestaba un evidente desprecio hacia las personas de la región Caribe. “No comprende la inclusión cultural”, escribió el joven suboficial, evidenciando la falta de tolerancia y respeto por la diversidad regional dentro de la institución.
El padre de la víctima reveló que su hijo había denunciado el acoso durante meses, buscando ayuda en diversas instancias del Ejército sin obtener respuesta. Esta falta de acción frente a las denuncias subraya una preocupante deficiencia en los mecanismos de protección y apoyo dentro de la institución militar.
“En la formación de iniciación del servicio, el mencionado oficial frente a mis subalternos me empezó a hostigar diciéndome ‘¿qué pasa que no pide la baja, qué espera? Si me dio la palabra’. Esa es una de las situaciones que vivo enfrentando a diario, así como el odio que le tiene a las personas de la región Caribe, ya que él no comprende la inclusión cultural”, se lee en la carta.
El joven, natural de Santa Marta, según los investigadores, tenía 3 investigaciones disciplinarias en curso por consumo de alcohol, por salir del batallón sin autorización y maltrato a un subalterno. Esos procesos los llevaba el mayor señalado por el cabo tercero.
“De igual forma, él empezó una campaña para desprestigiarme, abriéndome tres investigaciones en un espacio no menor al año, con el fin de acabar mi carrera militar en el periodo de prueba”, añade el documento.
El Ejército, a través de un comunicado, envió sus condolencias a la familia y señaló que al oficial le iniciaron una investigación disciplinaria. Frente a la denuncia que en vida hizo el cabo tercero, la institución hizo una aclaración.
“La audiencia de comité de convivencia laboral fue fallida por falta de ánimo conciliatorio del quejoso, razón por la cual, por competencia, las diligencias se remitieron a la Procuraduría general de la Nación”, detalló la institución.