EUROPA PRESS | “Juan Carlos Aguilar, acusado de los asesinatos de Yenny Rebollo y Maureen Ada Otuya en 2013, aseguró a los comisarios que le detuvieron que se encontraba “como en un estado de borrachera permanente”, pero no debido al alcohol, sino a un tumor que padecía, según ha manifestado el instructor de las diligencias durante la segunda sesión del juicio que se sigue contra el ‘falso monje shaolin’.
El agente ha relatado que el día 2 de junio de hace dos años, jornada en la que Aguilar fue arrestado, hallaron en el gimnasio propiedad del encausado, al que llevaba a sus víctimas, el cuerpo de Maureen Ada Otuya todavía con vida, ensangrentado y con bridas y cuerdas alrededor del cuello”, semitapado con unas telas. La joven falleció tres días después.
Además, encontraron ocho bolsas “con restos cadavéricos”, una de ellas en un falso techo, que contenían “una mandíbula y cara destrozadas”, así como “una mano sin índice y una pelvis”.
Un día después, y ya en su domicilio de la calle Iturriza de la capital vizcaína, descubrieron otra bolsa en el balcón, y en su interior “una mano, un cuello y un brazo” que resultaron corresponder a la monteriana Yenni Rebollo.
Los comisarios que participaron en el operativo también descubrieron fotografías de la misma víctima “sentada y atada”, aunque todavía con vida y otras posteriores, nueve horas después, ya muerta, desatada y con la cara la cara amoratada.
Aparecieron otras imágenes de otra mujer “con la que mantenía relaciones”, con los ojos cubiertos, y el cuerpo de Jenny Rebollo al fondo.
Según el comisario instructor, existen numerosos vídeos y fotografías de mujeres semiiconscientes, con ropa erótica, que luego fueron localizadas. Alguna de ellas fueron sometidas a “vejaciones y malos tratos” y, a una en concreto, “la miccionó y golpeó”, sobre todo “en los pechos”.
Cuando los policías procedieron a sus arresto, Juan Carlos Aguilar, les explicó que llevaba unos días “como en un estado de borrachera permanente”, causado por un tumor que padecía.
El juicio contra Juan Carlos Aguilar, el ‘falso monje Shaolín’, que se enfrenta a peticiones de entre 40 y 45 años de cárcel, comenzó el pasado viernes con su declaración en la que reconoció que golpeó y asesinó en 2013 a Yenny Rebollo y Maureen Ada Otuya de forma “súbita, imprevista e inesperada”, sin darles oportunidad de defenderse. No obstante, ha rechazado que hubiera “ensañamiento”