Las autoridades colombianas descubrieron un gigantesco arsenal de explosivos en zona rural de Puerto Asís, Putumayo, que pertenecía a las disidencias de las FARC conocidas como Comandos de Frontera. El material incautado habría permitido la fabricación de aproximadamente 2.500 minas antipersonal.
El depósito contenía explosivos caseros compuestos por nitrato de amonio y clorato, sustancias químicas de alto poder destructivo que representan una grave amenaza para la población civil y la fuerza pública. Estos componentes son ampliamente utilizados por grupos armados ilegales para la elaboración de artefactos explosivos improvisados.
El hallazgo constituye un golpe a la estructura logística de los Comandos de Frontera, organización criminal que mantiene presencia en el sur del país y desarrolla actividades relacionadas con el narcotráfico y la extorsión. La incautación evita que estos explosivos sean utilizados contra objetivos militares o civiles en la región.
Las minas antipersonal representan una de las armas más peligrosas para la población rural, ya que permanecen activas durante décadas después de ser instaladas, afectando indiscriminadamente a campesinos, niños y cualquier persona que transite por las zonas donde son ubicadas.