El vicecontralor general de la República, Carlos Mario Zuluaga Pardo, desmintió categóricamente la creencia popular de que el gobierno tiene recursos guardados, al explicar que los $90 billones en fiducias corresponden a dineros comprometidos con destinaciones específicas que no pueden desviarse para otros gastos.
“Lo primero que hay que decir es que es mentira que la plata esté guardada. Hoy Colombia enfrenta un problema de caja”, afirmó Zuluaga durante una entrevista en Montería, donde detalló la verdadera naturaleza de estos recursos fiduciarios.
El funcionario aclaró que cerca del 40% de estos $90 billones corresponden a recursos del sistema pensional, mientras otra porción está comprometida con concesiones viales y proyectos específicos como construcción de colegios a través del Fondo de Infraestructura Educativa (FIES).
“Usted no puede coger la plata de las concesiones y llevárselas para otra cosa, y usted no puede sacar la plata que está comprometida del FIES”, explicó el vicecontralor, subrayando que estos recursos solo pueden utilizarse cuando las obligaciones contractuales se extingan mediante liquidación de contratos.
La confusión sobre recursos disponibles ocurre mientras Colombia atraviesa una crisis fiscal real. Al cierre de 2024, el país experimentó una reducción de $33 billones en el presupuesto nacional debido a la caída en el recaudo tributario, fenómeno que sorprendió a las autoridades dado que el PIB creció 1.5%.
“La plata de las pensiones no se puede coger y utilizar, hacer de ella un botín”, enfatizó Zuluaga, rechazando propuestas de algunos sectores políticos que sugieren usar estos fondos para otros gastos públicos.
El vicecontralor detalló que los recursos en fiducias están legalmente blindados: las concesiones requieren ejecución de obras específicas, las pensiones deben garantizar pagos futuros a jubilados, y los proyectos educativos necesitan completar infraestructura escolar comprometida.
“No es que haya plata guardada, sino que hay plata en fiducia comprometida”, concluyó Zuluaga, alertando que el verdadero problema radica en el déficit de caja generado por el menor recaudo tributario, situación que limita la capacidad del gobierno para ejecutar nuevos proyectos o aumentar gastos corrientes.