La industria del coco está revolucionando el concepto de aprovechamiento total en agricultura, al transformar cada componente del fruto en productos comercialmente viables, desde su pulpa hasta su cáscara más dura. Esta característica posiciona al cultivo, que en Córdoba alcanzó una producción de 38.609 toneladas en 2023, como un modelo de economía circular en el sector agroindustrial.
El procesamiento integral del coco genera una cadena de valor que inicia con los productos tradicionales: el fruto fresco para consumo directo, el agua embotellada -cuyo mercado alcanzará 4.73 mil millones de dólares en 2029-, y la pulpa para la industria alimentaria. Sin embargo, la innovación en el aprovechamiento de residuos está abriendo nuevos mercados.
La cáscara dura, tradicionalmente considerada un desecho, se ha convertido en materia prima para la construcción sostenible, utilizándose en la fabricación de paredes, techos y pisos. Por su parte, la fibra blanda encuentra aplicaciones como sustrato agrícola, mejorando la retención de agua y la aireación en cultivos.
El sector cosmético y farmacéutico también se beneficia de esta versatilidad. El aceite de coco, con un mercado valorado en 5.9 mil millones de dólares, lidera los subproductos en términos de valor comercial. La industria cosmética aprovecha tanto el aceite como los residuos para la elaboración de productos de cuidado personal.
“Las oportunidades de diversificación aumentan la demanda del coco en diversos sectores y abren nuevas posibilidades comerciales”, señala Angélica Benedetti Chica, directora ejecutiva de ProMontería, quien destaca el potencial de la región para este cultivo estratégico.
El desarrollo de industrias alternativas alrededor del coco está impactando positivamente en la preservación ambiental y la estabilidad económica de las comunidades locales. La transformación de residuos en productos de valor agregado no solo reduce el impacto ambiental, sino que genera nuevas fuentes de ingreso.
Esta capacidad de aprovechamiento integral ha influido en la priorización del coco dentro del programa “El Campo Cambia” de la Gobernación de Córdoba, reconociendo su potencial para impulsar el desarrollo sostenible en la región. Con un mercado global valorado en 4.96 mil millones de dólares, según Mordor Intelligence, la industria del coco demuestra que la sostenibilidad y la rentabilidad pueden ir de la mano.