La Selección Argentina se convirtió en la primera de la Conmebol en clasificar al próximo Mundial. El empate sin goles entre Bolivia y Uruguay en El Alto de La Paz garantizó que la “Albiceleste” terminará entre los seis primeros puestos de la tabla, asegurando así su boleto a la cita mundialista, sin importar los resultados restantes de los siguientes partidos.
Sin embargo, en el clásico contra Brasil, había más en juego que los tres puntos. La expectativa en torno al encuentro aumentó debido a las polémicas declaraciones del jugador de la selección brasileña, Raphinha, quien aseguró que marcaría un gol y que, si era necesario, “les daría una paliza dentro y fuera del campo”.
Estas declaraciones contribuyeron a generar un ambiente tenso durante el partido, que estuvo marcado por un juego brusco y agresivo. A pesar de ello, la goleada terminó cayendo del lado argentino con un contundente 4-1. Raphinha, quien había hecho alarde de confianza antes del duelo, apenas tuvo oportunidades de marcar gol, sus intentos terminaron con un disparo al poste y otro intento desviado.
Más allá de la rivalidad, el partido no representaba un riesgo para la clasificación de Argentina, lo que convirtió la goleada en un evento más mediático que deportivo.
El marcador se abrió temprano, cuando Julián Álvarez anotó a los 4 minutos tras una gran jugada colectiva que terminó con el balón pasando entre las piernas del arquero brasileño. Ocho minutos después, Enzo Fernández amplió la ventaja al conectar un centro dentro del área. Brasil descontó al minuto 25 con un tanto de Matheus Cunha, que generó una breve ilusión de remontada. Sin embargo, los goles de Alexis Mac Allister y Giuliano Simeone sellaron el 4-1 definitivo, reafirmando el dominio argentino en el clásico sudamericano.
La actual campeona del mundo podrá jugar los próximos encuentros ante Colombia, Chile, Venezuela y Ecuador, con la tranquilidad de estar clasificado, esto le da la oportunidad de afrontar estos partidos con jugadores que aún no han tenido la oportunidad de jugar o que han contado con pocos minutos dentro del terreno de juego.