En la reciente audiencia pública sobre el Plan Plurianual de Inversiones 2024-2027, el Gobernador de Córdoba, Erasmo Zuleta, reveló que una parte importante de los ingresos corrientes del departamento proviene de los tributos al consumo de alcohol y tabaco.
Estos impuestos, que el mandatario denominó paradójicamente como “el vicio”, incluyen gravámenes a licores, cervezas, cigarrillos y el impuesto al degüello.
El gobernador explicó que los ingresos del departamento se componen principalmente de tres fuentes: el Sistema General de Participaciones (SGP), que son recursos transferidos por el Gobierno Nacional; los ingresos corrientes, que son los tributos recaudados directamente por el departamento; y las regalías, que se obtienen por la explotación de recursos naturales no renovables.
Zuleta señaló que, del total de impuestos recaudados en el país, el Gobierno Central se queda con el 85%, mientras que solo el 15% se transfiere a los territorios, y de este porcentaje, una parte menor llega a los departamentos. Ante esta situación, el Gobernador expresó su preocupación por la insuficiencia de estos recursos frente a las responsabilidades que debe asumir el departamento.
Los ingresos corrientes adquieren una mayor relevancia para el presupuesto departamental. Sin embargo, el hecho de que una parte significativa de estos ingresos dependa de impuestos al alcohol y tabaco genera un dilema para la administración.
Por un lado, estos tributos representan una fuente importante de recursos para financiar proyectos y programas de desarrollo. Pero, por otro lado, se trata de impuestos que gravan productos cuyo consumo excesivo puede tener impactos negativos en la salud pública.
Ante esta paradoja, el Gobernador Zuleta manifestó la necesidad de buscar nuevas fuentes de ingresos en sectores estratégicos como el minero-energético, agroindustrial y turístico. El objetivo es reducir la dependencia de las transferencias del Gobierno Nacional y lograr una mayor autonomía fiscal para el departamento.
La revelación sobre la importancia de los impuestos al alcohol y tabaco en las finanzas departamentales abre el debate sobre la necesidad de diversificar las fuentes de ingresos y encontrar un equilibrio entre la generación de recursos y la promoción de políticas públicas saludables.






